jueves, 26 de febrero de 2015


CHARLA EN "DIVINA PROVIDENCIA". TORDESILLAS (Valladolid)

Tal y como estaba programado, este mañana he impartido una charla en el Colegio bilingüe, "DIVINA PROVIDENCIA", en la entrañable villa de Tordesillas. Doña Carmen Herrero, jefa del Departamento de Lengua Castellana, había preparado con esmero mi visita, recomendando a sus alumnos, la lectura de "Las lamentaciones de mi primo Jeremías" verificando tal hecho, mediante un cuestionario de preguntas acerca de la trama y de  los personajes de la novela. Así, también preparados, me resultó muy gratificante comprobar cómo los alumnos de ESO "me ayudaban" cuando, intencionadamente, fingía no acordarme del nombre de alguno de los protagonistas.
Terminada mi exposición, en la que he hecho mucho hincapié entre la gran diferencia cultural y social existente entre la España de los años 50 y la actual, los alumnos me han preguntado acerca de las cuestiones que más les habían llamado la atención. Resulta curioso cómo en cada Centro que visito, muchas de las preguntas son originales, lo que demuestra que un mismo texto puede ser analizado desde múltiples puntos de vista.
Con la firma de ejemplares he dado por finalizada la visita a este estupendo Colegio, en el que tan extraordinariamente he sido acogido por parte de la Dirección y del profesorado.

A todos muchas gracias por las atenciones recibidas y mi reconocimiento por vuestra tarea de fomentar la lectura en el alumnado.

domingo, 22 de febrero de 2015

MICROBODEGA Urbana

Desde hace poco más de un año, Roberto regenta este coqueto establecimiento situado en la calle Francisco Zarandona, 10, de Valladolid. Movido por su inquieto espíritu literario y animado por Pepa, dueña de la librería "El sueño de Pepa", han decidido embarcarse en un ambicioso proyecto que tiene como finalidad la difusión de la Cultura, promovida desde estamentos no oficiales.
Los bajos del establecimiento, una preciosa bodega de ladrillo tipo mudéjar, sirven como marco ideal para la presentación de obras literarias de distintos géneros. Autores locales y foráneos, presentan aquí, casi todos los fines de semana, sus creaciones  en prosa o en verso, ante un público entendido que disfruta escuchando de las entusiastas bocas de sus creadores, fragmentos de sus obras, mientras tienen la oportunidad de paladear alguno de los riquísimos vinos que se sirven en esta bodega.
El aforo, de no más de treinta personas, lejos de ser un impedimento, proporciona calidez y cercanía al evento, de manera que a su conclusión la complicidad entre autores y público, resulta evidente.

Me alegra saber que en nuestra ciudad, existen ámbitos en donde la Cultura es el nexo de unión entre personas de aficiones literarias, y por ello, doy mi más cordial enhorabuena a Pepa y  Roberto, artífices de esta iniciativa.

jueves, 19 de febrero de 2015

PASAJES DE "CÉCILE. AMORÍOS Y MELANCOLÍAS......(11)

CAPÍTULO II
La Amistad

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A mi casa solían venir muchas de ellas. Además de Cristina, era visita habitual una chavala de buen temperamento, pero tan entrada en carnes, que cuando se pesaba asustaba a la báscula, y que desde el comienzo del curso, pasaba por ser la acompañante asidua de Margarita. En estos detalles, mi hermana se parecía cada vez más a mi madre en lo referente a hacer obras de caridad. Era incapaz de decir “no” cuando alguna compañera estaba desasistida de amigas, aunque ello supusiera llevar un baúl andante a su lado. La chica en cuestión era Goyita Marcuenda, hija de un alto cargo de la RENFE, casado en segundas nupcias con doña Engracia Tejada, mucho más joven que él y cuya obsesión era que su hija encontrara novio a toda costa, aunque para ello tuviera que comprarla ropa y abalorios hasta despilfarrar el complemento que su marido recibía haciendo horas extras en la estación.
Aún sin decirlo, se percibía una rivalidad latente entre los señores de Marcuenda: don Servando y doña Engracia, padres de Goyita, y mis padres, por ver cuál de sus hijas, iba más elegantemente vestida. Goyita era una jovencita de cara agradable, aunque un poco aniñada, que había arribado a Valladolid-Campo Grande, procedente de Orense, como diría su padre, debido a un traslado de su progenitor. Hija única, sobreprotegida en grado sumo por sus padres y consumidora impenitente de dulces y chocolatinas, que le daban el aspecto de una manzana almibarada de feria, ponía en difícil situación a dependientas y modistas cuando salía de compras en compañía de su madre. Doña Engracia se esforzaba en que los trajes con que la vestía fueran lo suficientemente vaporosos para intentar disimular sus formas: misión complicada dado el volumen de la muchacha. La joven no podía ocultar cierta admiración por mi hermana cuando, paseando, observaba que el esbelto talle de Margarita atraía todas las miradas masculinas, sin que ninguna fuera a detenerse en su persona, a no ser para mofarse del enorme lazo con que intentaba disimular su cintura.
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domingo, 15 de febrero de 2015

CRÍTICA LITERARIA

Al poco tiempo de publicar la crítica literaria sobre la novela "El amor en los tiempos del cólera", he recibido el ofrecimiento de una editorial para hacer la crítica de sus publicaciones. En principio, he declinado tal solicitud, porque ello supondría alterar mi ritmo de trabajo dedicado a la creación literaria, al despacho de correspondencia, a la visita a Centros Educativos, a la lectura sosegada... y sobre todo a atender las obligaciones familiares. También he argumentado que, como criterio general, figuraría únicamente el título de la obra y el nombre del autor, sin hacer mención de la editorial. Para mí es una condición ética prioritaria, tener la suficiente libertad para exponer mi opinión sin ningún tipo de servidumbres.

Si lo anteriormente expuesto, es del agrado de otras editoriales o de autores independientes, acepto gustoso leer sus trabajos y publicar el comentario correspondiente, sin  contraprestación económica alguna y con la cadencia que me permita mi quehacer literario. De cualquier forma, me siento halagado por el interés con que se sigue este blog, agradeciendo de antemano cualquier sugerencia que pudiera mejorarlo.

jueves, 12 de febrero de 2015

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA

 Cuando comencé este blog en el mes de julio pasado, os comenté que deseaba hacerlo variado, con la inclusión de nuevas secciones si la audiencia lo requería. Hoy, al haber rebasado las 15.000 entradas, creo que la experiencia ha sido positiva y que he conseguido el seguimiento nacional y extranjero suficiente, para embarcarme en una nueva aventura cual es la crítica literaria. Comenzaré dando mi parecer sobre la novela de Gabriel García Márquez, "EL amor en los tiempos del cólera" que he releído recientemente.
 En mis años mozos tuve la fortuna de tener como profesor de Lengua y Literatura a un excelente escritor que aseguraba  que: "un hombre, una mujer y una historia de amor son más que suficientes para escribir una buena novela". García Márquez, con los únicos mimbres de tres personajes ( el resto, apenas se describen): el doctor Juvenal Urbino, Fermina Daza y Florentino Ariza, construye un triángulo amoroso en el que los dos primeros conforman un matrimonio convencional e interesado, y el tercero aspira a conseguir el amor de Fermina, con obsesión enfermiza, por espacio de más de cincuenta años. Este pobre argumento en manos de cualquier escritor, sólo hubiera dado de sí para hilvanar un aburrido y folletinesco relato. Sin embargo, la grandeza del autor consiste en recrear de forma prodigiosa la descripción de los personajes y el ambiente de la Cartagena de Indias de principios del siglo XX, de manera que, una vez imbuidos en la trama de la novela, somos capaces de percibir los olores de los almendros y de las ciénagas putrefactas, el ambiente portuario así como el sofocante calor en el que se desenvuelve buena parte de la acción, sobre todo en el pasaje de la incursión del barco por el rio. El lector se siente espectador privilegiado del relato, atraído por esa capacidad del escritor que se ha dado en llamar: "el realismo mágico" Todo ello conseguido a base de un léxico prodigioso que alcanza en algunos pasajes, la perfección y en el que Gabo destila su visión sobre la futilidad del quehacer humano, sobre el amor y la muerte.
No estoy de acuerdo con los que sostienen que la novela es una apasionada historia de amor. Para mí, el amor de Florentino hacia Fermina, es simplemente la obsesión por poseer el fruto prohibido. El romanticismo que podría tener su actitud de perseverante espera, se ve empañado por las múltiples relaciones sexuales con las que Florentino apacigua su concupiscencia, algunas veces de forma aberrante, por mucho que nos situemos en el ambiente de tráfico humano en que el protagonista se desenvuelve.
Si he de poner un pero a la narración, es el de su extensión: para mí, excesiva. Pero ya sabemos que las películas han de durar al menos noventa minutos y que las obras de autores consagrados han de superar las cuatrocientas páginas.

En definitiva, una obra para conservar en los anaqueles y releer pasado un tiempo. Magistral en su lenguaje y en la descripción de ambientes y  personajes y un tanto inverosímil en los hechos narrados.

domingo, 8 de febrero de 2015

SAN VALENTÍN 2015

El amor es un sentimiento que nos acompañará durante toda la vida... pero, el primer amor, es inolvidable...  los flirteos, las inseguridades, los celos infundados y sobre todo la pasión que creemos será eterna, nos hace ver el mundo al que nos asomamos como algo mágico.
Álvaro, experimenta todas estas sensaciones cuando se siente atrapado en el azul sereno de los ojos de Cácile. Su sensibilidad poética ensalzará esta percepción, componiendo para ella sus más delicados versos:
                                                          
        Por fin la oscura noche ve la aurora.
El corazón ya libre y antes preso,
quiere lanzar al aire melodías.
Revivo con pasión, hora tras hora,
el momento feliz, tu dulce beso,
que borró de mi ser melancolías.

Regala o regálate esta enternecedora historia de amor. ¡Feliz San Valentín!


domingo, 1 de febrero de 2015

LA POESÍA DE RAFAEL ROCA

A veces, los mejores regalos llegan pasados los Reyes. Yo he tenido la fortuna de recibir una joya literaria cuando promediaba el mes enero. Mi amigo, Rafael Roca, me enviaba desde Madrid, su poemario titulado: "La Dirección del Viento", una recopilación de bellas composiciones que abarcan parte de su quehacer literario en los últimos dieciséis años, compuesto según reza en la portada, por: "63 sonetos y otros poemas".
Como os podéis imaginar, me he tomado mi tiempo  en leerlo y releerlo y ahora creo estar en condiciones de poder emitir opinión acerca de este hermoso libro.
Desde el punto de vista estructural, Rafael es un poeta que se decanta por el soneto, composición que domina como un verdadero maestro. Los endecasílabos, exquisitamente rimados, logran cotas de altas sonoridad en los cuartetos iniciales, bien rematados en los tercetos finales, dejando al terminar de leerlos, la sensación de haber escuchado una pieza musical perfectamente orquestada. Si la virtud de sus poemas radicara únicamente en esta característica, estaríamos hablando, simplemente, de un "ingeniero del verso". Sin embargo, lo que verdaderamente emociona es el lirismo que imprime en la redacción de sus versos, escritos sin complejos. Rafael, literalmente "se desnuda", mostrándonos la transparencia de su sentir inquieto. La búsqueda constante de lo oculto, de lo transcendente, es una constante que a veces subyace, y en ocasiones se muestra explicita, intentando hallar respuesta a las interrogantes comunes a muchos mortales, que desvelan su íntima y particular filosofía de la vida. La mayor parte de los versos poseen un innegable encanto, manifestación de la extraordinaria sensibilidad del autor, al que animo a que continúe escribiendo para deleite de quienes ya somos sus admiradores.
Reproduzco a continuación uno de sus sonetos, que define, mejor que ninguno, cuanto he dicho.
HOY QUISIERA...
Hoy quisiera, Señor, que mi conciencia
quedara libre de este torbellino
de deseo, recelo y desatino,
y llegar hasta ti sin resistencia.

Sin más anhelo que el de tu presencia,
sin intención, sin ansia ni destino,
sin haber prefijado mi camino,
sin temor, excepto el de tu ausencia.

El corazón abierto y expectante,
ante tu luz expuesto; a tu recado,
para borrar mi sombra de arrogante.

Para quedar, del todo, a tu cuidado
y dejar, así, de estar distante;
habiendo, Tú, mi lucha en paz trocado.