domingo, 27 de diciembre de 2015



ZAMORA, ZAMORA

Ya he comentado varias veces en mi blog, que cada vez que visito Zamora, siento una emoción especial. Sus iglesias , palacios y el cinturón amurallado que la rodea con el Duero tendido a sus pies, son motivos más que suficientes para evocar, nostálgicamente, los años felices de mi infancia, cuando correteaba por sus calles.



El día 18 de este mismo mes de diciembre, tuve oportunidad de dar dos charlas sobre mi novela. "Las lamentaciones de mi primo Jeremías" a los alumnos de 1º y 2º de ESO, que realizan sus estudios en el Instituto "Río Duero". La invitación cursada por el Departamento de Lengua y Literatura Castellana, cuya jefatura ostenta Dª Verónica de la Prieta, me llenó de satisfacción y el recibimiento, cuidadosamente preparado, me sorprendió gratamente: En las paredes que daban acceso a la Sala de Conferencias, colgaban carteles con datos de la novela, de mi biografía y algunos poemas extraídos de mi blog. ¡Todo un detalle, que agradezco infinito! Por si esto fuera poco, mis explicaciones fueron seguidas con gran interés por el auditorio, que tuvo oportunidad de preguntarme acerca de situaciones y protagonistas de la novela, en una ambiente relajado y tranquilo, pese a la cercanía de las vacaciones.

Mi agradecimiento más sincero a profesores y alumnos por su acogida y amabilidad.


Por la tarde, antes de firmar ejemplares en la Librería "Mil Hojas" tuve ocasión de recorrer la ciudad de punta a punta, saboreando la belleza monumental que atesora, de manera que, cuando regresaba a mi lugar de origen, una sensación de felicidad me embargaba.

jueves, 24 de diciembre de 2015


NOCHEBUENA


Está la Tierra en espera
pendiente que nazca un niño,
que va a pedirnos cariño
y una vida más austera.
Ahora mismo, si pudiera
volver a nacer de nuevo,
cambiaría lo que llevo
acumulado, sin tino
para que el Niño Divino
hiciera de mí, renuevo.





lunes, 21 de diciembre de 2015

Y PALENCIA, TAMBIÉN

En el último día de este trimestre lectivo, es decir, mañana, visitaré  el Colegio "Blanca de Castilla de Palencia". Éste es un Centro que visito puntualmente cada año porque Fran, un profesor empeñado en que sus alumnos lean, escoge mis novelas entre las recomendadas de lectura obligatoria.
Para mí es un gran honor acudir a esta cita, máxime cuando las charlas que impartiré, irán dirigidas a alumnos de 1º y 2º de bachillerato. En estos cursos, normalmente, se recomienda leer a autores clásicos o de muy reconocida trayectoria literaria. De ahí, que la inclusión de mis novelas en tan altos niveles educativos, sea para mí, motivo de orgullo. Quién sabe si cunde el ejemplo y otros profesores recomiendan libros, que por no leídos, son ignorados.

En mi agenda para el 2º trimestre, ya tengo compromisos adquiridos, pero aún hay fechas disponibles. Por tanto, todavía es tiempo de concertar nuevas visitas.

De momento, mi interés está puesto en Palencia, ciudad en la que soy tan bien acogido y en  la que pienso disfrutar comentando las peripecias de Jeremías y los vehementes deseos amorosos de Álvaro hacia su amada Cécile.


Ya os contaré...

jueves, 17 de diciembre de 2015


ZAMORA, ME ESPERA

Mañana, si nada lo impide, acudiré a Zamora en una jornada que se promete pletórica de emociones. A primera hora, tengo una entrañable cita con los alumnos del Instituto "Río Duero". Allí, impartiré dos charlas sobre mi novela "Las lamentaciones de mi primo Jeremías" previamente leída por los alumnos de 1º y 2º de ESO, dentro del Programa para el Fomento de la Lectura. Es raro que en estos encuentros literarios, no suja la sorpresa de una pregunta singular o de algún comentario ocurrente acerca de  episodios que, incluso para el autor, han pasado desapercibidos. Este aprendizaje mutuo es el que me motiva para seguir visitando Centros Escolares, contagiándome de la juventud y espontaneidad de estos escolares, muchos de ellos con el oculto deseo de llegar a ser futuros escritores.

Por la tarde, en horario de 6 a 8, estaré en la librería "MIL HOJAS", en donde espero saludar a los muchos y grandes amigos que tengo en la ciudad más bella besada por el Duero. Estaré a vuestra disposición para firmar ejemplares de mis dos novelas, acogido en el local en que Pilar y su equipo, hacen entrañable lugar de encuentro de escritores y lectores.

Sería mi deseo saludar a cuantos pudierais acercaros a esta librería de la calle San Torcuato.


domingo, 13 de diciembre de 2015

NOSTALGIA NAVIDEÑA

Viajo en soledad
por la ruta de los recuerdos
que me llevan años atrás,
a la calefacción de carbón,
al mercadillo de figuritas del Belén,
al pantalón bombacho,
y al carámbano colgante:
espada de regalo, antes de Reyes.
Creo percibir el olor inconfundible
del capón guisado y el sabor del mazapán
degustado a hurtadillas, antes de tiempo...
Entonces, mi padre era joven
y mi madre, casi una niña.
Cada día, atravesaba el Campo Grande,
salida natural de Filipinos:
una isla de bloques de cemento
rodeados de tapiales y
de un convento de agustinos.
Si el viento soplaba del sur,
nos llegaba el aroma
de una fábrica de chocolate...
Cuando paso frente al palomar
de la Sociedad Colombófila Castellana,
el tiempo ha convertido
a Vicente, el fotógrafo minutero,
en estatua de bronce.
Me detengo, y miro el trípode
con la mirada inocente del niño que fui,
o más bien, del anciano protagonista
de "Fresas salvajes".
Elevo la vista a través del ramaje,
pero una catarata de niebla, me oculta el celaje.
¡Aún quedan ramas verdes!
Muy cerca de allí, el olor a castañas asadas
me retrotrae a la infancia.
¡Los recuerdos no cesan!
Con la ligereza de mis nietos,
me entremezclo con el gentío
bajo arcos luminosos.
¡Dulce nostalgia de Navidad!


Fotografía de Maribel Díez Salgado

jueves, 10 de diciembre de 2015


PASAJES DE "LAS LAMENTACIONES DE MI PRIMO JEREMIAS" (21)
CAPÍTULO IV
Conociendo el pueblo

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 El primer intento fallido no supuso ningún contratiempo para Jeremías, que justificó el fracaso diciendo:
La Pili no da la prueba. Es muy recia y está crecida porque al Melquíades le va bien la venta. Es un maestro en eso del peso corrido y en poner papel grueso encima de la balanza, aunque te venda cien gramos de fideos finos. La muchacha ahora se ve con posibles y le ha pedido a su padre que la saque de la escuela y la lleve al «Amor de Dios», en Zamora. Estará pensando en echarse novio en la capital y con el paso del tiempo, ya verás como reniega del pueblo y nos dice que ha nacido a la sombra de la estatua de Viriato. Yo con esta chica para el próximo año ya no cuento.
No pasaron ni diez minutos cuando, calle abajo, tres muchachas con sus respectivos cántaros avanzaban lentamente hacia nuestra posición, dejándose ver. Parándose cada poco, cuchicheaban mientras nos lanzaban miradas insinuantes.
Esta vez no fue necesario que Jeremías les dirigiera la palabra, pues la más alta y desenvuelta, sintiéndose arropada por la presencia de sus compañeras, al llegar a nuestra altura, dijo a mi primo con un cierto retintín:
―Qué calladito tenías lo de tu primo; si no es por la Encarna, no sabemos que había llegado esta «joyita» ―dijo, señalándome.
―Pues eso, como es una joyita, pasa de largo, que tú con cualquier bisutería ya vas bien apañada ―contestó Jeremías, casi sin mirarla.
―¡Uy madre, vaya humos! ¡Quién fue a hablar! ¿Quién te has creído que eres? ―contestó, soliviantada, la muchacha.
―Pues quién va a ser: el hijo del Mecagüen ―respondió otra de las acompañantes―. Y las tres, entre risas, reanudaron la marcha.
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domingo, 6 de diciembre de 2015


JOAQUÍN, EL HIDALGO DE URUEÑA

Apenas 50 Km. separan Valladolid  de Urueña y, en tan corta distancia, es posible retroceder  en el tiempo. Paulatinamente, abandono la industrial ciudad, la autovía, la fronda de los montes Torozos que me abraza a ambos lados de  la carretera comarcal, hasta que logro divisar la muralla de la primera Villa del Libro de España, pórtico del Medievo. Aparco y atravieso a pie el arco que me saluda mostrándome las piedras que se descubren ante mí, venciendo a duras penas la pertinaz niebla. 

El encanto me envuelve mientras me dirijo, lentamente, hasta el centro e-LEA Miguel Delibes. Allí tengo una cita con la Asociación "Amigos de Joaquín. Fundación Joaquín Díaz". Llego tarde. Hubiera resultado pueril atribuir la tardanza al embobamiento que me distrajo contemplando casas solariegas y calles empedradas, limpias como la mañana. Joaquín. observa e interviene en la reunión, dando opinión sobre asuntos concernientes a la Asociación. Este hombre posee, el porte de un hidalgo, la voz armónica, la mirada aguda y la mente lúcida, siempre dispuesta a abordar nuevos proyectos culturales. Vive en una casona del siglo XVI en la soledad multitudinaria de libros e instrumentos que se ofrecen a quien visita el Centro Etnográfico que lleva su nombre. Cerca de allí se puede contemplar un museo de campanas enmudecidas que deberían repicar desde las almenas dando tañidos de agradecimiento. ¿Qué hubiera sido de Urueña sin Joaquín?. El anfitrión, uno a uno, nos saluda, nos estrecha en un abrazo entrañable de amigo verdadero. Yo, también me reencuentro con añoradas amistades y vuelvo a recorrer las calles de este pueblo sorprendente en el que las librerías salen a tu encuentro como setas en húmeda otoñada.

Después, la comida fraterna que nos reúne y nos alimenta con un ingrediente que no figura en el menú: la amistad. Por motivos familiares me veo forzado a acortar la sobremesa. Joaquín me despide con la cordialidad acostumbrada. De vivir en otro tiempo, hubiera inspirado a Gaspar Sanz su "Fantasía para un gentilhombre".

Antes de regresar, no me resisto a contemplar, de nuevo, las murallas ni la incomparable atalaya desde la que se divisa el mar desecado de Castilla. El sol quiere que pueda contemplar la Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, tantas veces sumergida en ese mismo mar de nubes.

Por el camino, tarareo, "Dime, ramo verde" y la voz del hidalgo se superpone, hasta acallar la mía. En la Mudarra, el tendido eléctrico me devuelve, a mi pesar, al tiempo presente. Es entonces, cuando añoro, la dorada tranquilidad de Urueña.





jueves, 3 de diciembre de 2015


IMAGINERIA, LITERATURA Y JUBILEO

La fotografía que encabeza el cartel-convocatoria del inicio del Jubileo Dominicano en Valladolid, reproduce la talla del imaginero Gregorio Fernández (1576- 1636), titulada, "Ascensión o Gloria de Santo Domingo".

La talla, diseñada en un principio para el retablo de la iglesia de San Pablo de Valladolid, proyecto que no llegó a  consumarse, se puede admirar, no obstante, en el Altar Mayor de la propia iglesia, sostenida por un pedestal  que arranca del muro a unos metros del suelo, lo que produce una sensación de auténtica "elevación". Coadyuva a esta impresión, el hecho de que el pie izquierdo del santo, se apoye sobre  un banco de nubes, como queriendo dar impulso a la elevación. Gracias a los pliegues del ropaje se consigue un efecto de figura tensionada que se remata en una cabeza vuelta hacia un crucifijo que sostiene su mano izquierda. Para dar más sensación de espiritualidad, sólo se aprecian las formas humanas de las manos y de la cabeza, emergiendo de una ampulosa vestimenta talar en glorioso movimiento. La cabeza que luce tonsura clerical, barba rectangular y bigote, tiene la serena mirada de los escogidos. Sobre la frente, se aprecia el símbolo de la estrella.

Esta imagen me ha impresionado desde niño y, por eso, cuando publiqué mi primera novela, "Las lamentaciones de mi primo Jeremías", dediqué a ella unos párrafos  en un pasaje en el que mi protagonista acababa de confesarse en la iglesia de San Pablo:   

Con tan ligera penitencia, floté más que anduve hasta los pies de la impresionante escultura que de santo Domingo hiciera Gregorio Fernández. El santo parecía extasiado, contemplando el crucifijo que sostenía su mano izquierda, indiferente al viento celestial que agitaba los pliegues del hábito. Acercándome, pude distinguir en su frente una estrella, y quedé tan impresionado al contemplar la claridad de su mirada, que hice propósito de imitarle, hasta conseguir que la mía tuviera esa dulzura angelical.


El cartel anunciador me da argumento para felicitar a la Orden Dominicana en general, y a la Familia Dominicana de Valladolid, en particular, al iniciarse en nuestra ciudad, con unas solemnes Vísperas, el Jubileo que conmemora el octavo centenario de la promulgación de las Bulas Pontificias de Honorio III, por el que se dada Régimen Jurídico a la Orden que fundara Santo Domingo de Guzmán.