jueves, 3 de diciembre de 2015


IMAGINERIA, LITERATURA Y JUBILEO

La fotografía que encabeza el cartel-convocatoria del inicio del Jubileo Dominicano en Valladolid, reproduce la talla del imaginero Gregorio Fernández (1576- 1636), titulada, "Ascensión o Gloria de Santo Domingo".

La talla, diseñada en un principio para el retablo de la iglesia de San Pablo de Valladolid, proyecto que no llegó a  consumarse, se puede admirar, no obstante, en el Altar Mayor de la propia iglesia, sostenida por un pedestal  que arranca del muro a unos metros del suelo, lo que produce una sensación de auténtica "elevación". Coadyuva a esta impresión, el hecho de que el pie izquierdo del santo, se apoye sobre  un banco de nubes, como queriendo dar impulso a la elevación. Gracias a los pliegues del ropaje se consigue un efecto de figura tensionada que se remata en una cabeza vuelta hacia un crucifijo que sostiene su mano izquierda. Para dar más sensación de espiritualidad, sólo se aprecian las formas humanas de las manos y de la cabeza, emergiendo de una ampulosa vestimenta talar en glorioso movimiento. La cabeza que luce tonsura clerical, barba rectangular y bigote, tiene la serena mirada de los escogidos. Sobre la frente, se aprecia el símbolo de la estrella.

Esta imagen me ha impresionado desde niño y, por eso, cuando publiqué mi primera novela, "Las lamentaciones de mi primo Jeremías", dediqué a ella unos párrafos  en un pasaje en el que mi protagonista acababa de confesarse en la iglesia de San Pablo:   

Con tan ligera penitencia, floté más que anduve hasta los pies de la impresionante escultura que de santo Domingo hiciera Gregorio Fernández. El santo parecía extasiado, contemplando el crucifijo que sostenía su mano izquierda, indiferente al viento celestial que agitaba los pliegues del hábito. Acercándome, pude distinguir en su frente una estrella, y quedé tan impresionado al contemplar la claridad de su mirada, que hice propósito de imitarle, hasta conseguir que la mía tuviera esa dulzura angelical.


El cartel anunciador me da argumento para felicitar a la Orden Dominicana en general, y a la Familia Dominicana de Valladolid, en particular, al iniciarse en nuestra ciudad, con unas solemnes Vísperas, el Jubileo que conmemora el octavo centenario de la promulgación de las Bulas Pontificias de Honorio III, por el que se dada Régimen Jurídico a la Orden que fundara Santo Domingo de Guzmán.

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