NOSTALGIA NAVIDEÑA
Viajo
en soledad
por
la ruta de los recuerdos
que
me llevan años atrás,
a la calefacción de carbón,
al
mercadillo de figuritas del Belén,
al
pantalón bombacho,
y al carámbano colgante:
espada
de regalo, antes de Reyes.
Creo
percibir el olor inconfundible
del
capón guisado y el sabor del mazapán
degustado
a hurtadillas, antes de tiempo...
Entonces,
mi padre era joven
y
mi madre, casi una niña.
Cada
día, atravesaba el Campo Grande,
salida
natural de Filipinos:
una
isla de bloques de cemento
rodeados
de tapiales y
de un convento de agustinos.
Si
el viento soplaba del sur,
nos
llegaba el aroma
de
una fábrica de chocolate...
Cuando
paso frente al palomar
de
la Sociedad Colombófila Castellana,
el tiempo ha convertido
a
Vicente, el fotógrafo minutero,
en
estatua de bronce.
Me
detengo, y miro el trípode
o
más bien, del anciano protagonista
de "Fresas salvajes".
de "Fresas salvajes".
Elevo
la vista a través del ramaje,
pero
una catarata de niebla, me oculta el celaje.
¡Aún
quedan ramas verdes!
Muy
cerca de allí, el olor a castañas asadas
me
retrotrae a la infancia.
¡Los
recuerdos no cesan!
Con
la ligereza de mis nietos,
me
entremezclo con el gentío
bajo
arcos luminosos.
¡Dulce
nostalgia de Navidad!
Fotografía
de Maribel Díez Salgado
Tienes toda la razón, la nostalgia aviva los recuerdos. No te rías de mí, pero resulta que con tu poema acabo de descubrir una palabra que no formaba parte de mi vocabulario: CARÁMBANO. Gracias por ampliar mi pequeño léxico. Ya tendré oportunidad de felicitarte, pero vaya por adelantado mi abrazo navideño
ResponderEliminarGracias, Josep, por escribirme este cariñoso comentario. Puedes estar tranquilo, en absoluto me río de ti, al contrario admiro a quienes se preocupan por adquirir conocimientos. Te confesaré, que en un principio, se me vino a la cabeza la palabra CHUPITEL, que así es como llamábamos a estas lanzas de hielo, pero esta palabra no está admitida por la RAE.
EliminarYo también quiero enviarte un abrazo, ¡Vivamos la Navidad todo el año!