jueves, 28 de enero de 2016


LA HOGUERA DEL ODIO

Ayer fue el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, y por eso, he creído oportuno traer a mi blog una referencia, crítica, de la novela "La hoguera del odio", escrita por María Barbancho;  novela que me dedicó la autora en una de sus visitas a Valladolid, allá por el mes de mayo del pasado año. Desde entonces, he alternado su lectura con intervalos de abandono. Las tareas en las que estoy embarcado me impiden dedicar un tiempo continuado a narraciones que superen las 300 páginas, y ¡ésta tiene 702!. Espero, me disculpéis, esta característica de "Guadiana lector", al igual que hacéis con muchas de mis múltiples limitaciones.  

La novela narra en flash-back la historia de la familia Von Fischer, que comienza cuando la abogada Nehira Fischer recibe en herencia una maleta con documentación acerca de la historia de su familia. Tras unos prolegómenos en los que se narra el nacimiento del nazismo después de concluida la I guerra Mundial, el relato se centra en la apasionante historia de amor acaecida entre el nazi, posteriormente arrepentido, Christian Von Fischer y la judía Moria Fresser. Un amor, por cierto, épico, inconmensurable, capaz de vencer todas las dificultades que se entrecruzan en su tortuoso camino, y que no son pocas. No obstante, la razón de ser de la novela radica, como eje central de su argumento, en la descripción del nazismo y de sus horrores, motivo más que reiterado en un sinfín de películas y de publicaciones, que nunca está de más recordar como enseñanza del pasado. ¡Lástima que no existan igual número de referencias dedicadas a comentar los errores bolcheviques o las atrocidades japonesas!


La descripción de todas estas crueldades, referidas a hechos no ficticios, está bien documentada, por lo que es de elogiar el buen trabajo de recopilación llevado a cabo por María Barbancho, material, que por otra parte, es posible encontrar en enciclopedias o por testimonios directos de los supervivientes. La descripción de ambientes y la fluidez de la narración son dos grandes cualidades de la escritora que ayudan a " digerir" tan extenso relato. Tal vez la parte ficticia de la narración, no convenza tanto, por cuanto los protagonistas, más que dirigir la acción novelada, parecen servir como pretexto para el propósito último, que no es otro, que la condena del nazismo: meta, para nuestro bien, alcanzada. Recordemos aquí las palabras del filósofo Jorge Santayana:"Quien olvida su historia está condenado a repetirla".

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