jueves, 4 de agosto de 2016

SOL DE AGOSTO

Este sol que reverbera
sobre la mies segada,
posee, pese a su increíble fuerza,
síntomas de cierta decadencia.
Como el primer amor, apenas nacido,
rasga el aire con gemidos eternos,
consciente, de que la apariencia
vigorosa y profunda del sentimiento,
está  a merced del destino 
y, como el pino,
del imprevisible rayo.
Intuye que el olor a ozono,
puede borrar en un momento
el aroma penetrante del feliz encuentro.
Salta como corzo en la floresta
el amor consolidado
y, a su vez, titubeando, vacila,
porque la vida muda a cada instante
y está seguro que tras el bochorno,
ha de llegar el frío invernal
que puede congelarlo todo.
Dura verdad que el gemido de placer
anuncie muerte y que la agobiante realidad
que te sofoca cuando el calor te invade,
amarillee hoy lo que ayer fuera verde primavera.
Antes de que el arado ennegrezca el rastrojo,
goza vida, abrazando la ilusión primigenia,
disfruta con pasión, cual última vez,
del calor agobiante de este tórrido verano.


2 comentarios:

  1. Disfrutemos del estío pero tomemos conciencia que somos los culpables del calentamiento global, pongamos un poquito todos de nuestra parte para evitar que siga sucediendo. Buena entrada, Carlos. Saludos.

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  2. Combatir el fenómeno del calentamiento global de forma individual, es una utopía. Nuestra labor consiste en agruparnos y presionar a quienes tienen el poder decisorio en asuntos de calado.Agradezco tu aportación, aunque el tema exceda del puramente estético que el poema aporta.Entre tanto, María José, soñemos...soñemos.

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