jueves, 25 de mayo de 2017

LA REFORMA
Crónicas de mi Periódico                 25 de Mayo de 2017

LA GABARDINA

Las primaverales lluvias de días pasados, han traído una pequeña esperanza para el campo y un inusitado despliegue de paraguas de las más diversas formas y de los más variados colores. Puede que el cambio climático tenga algo que ver con el hecho de que apenas  se vean gabardinas, una prenda que con carácter general se usaba como paso intermedio entre el abrigo que nos protegía de los fríos inviernos y la fina camisa que nos aliviaba de los calores del estío.

Es lógico que las modas cambien y también que cambien las ideas, pero una mano invisible que mueve el marketing de los grandes almacenes, de los rotativos y de las cadenas de televisión, está empeñada en que cambiemos más deprisa, de lo que seguramente nos conviene, hacia su ideal innovador que, a toda costa, pretenden imponernos.

La evolución de las modas y del pensamiento mismo, debe ser consecuencia, a mi entender, de una maduración interior y sosegada de todos los estímulos que percibimos a diario. He dicho bien, sosegada y no machaconamente recibida a través de los medios de comunicación. Poniendo como bien supremo el valor de La Libertad, parece que todo esté permitido y que cada uno puede hacer en todo momento, lo que le venga en gana, con tal de que no atropelle la libertad de los demás, lo cual ocurre, indefectiblemente, cuando osas no compartir el criterio del dictadorcillo de la caja tonta o del periódico aquel, que después de que el equipo de sus amores pierde por 7-0, señala al árbitro como culpable de la debacle.

Oponerse desde la ética o desde la estética  a las nuevas tendencias, no es ser rancio ni anacrónico; es más bien una seña de identidad de nuestra personalidad, que no se deja arrastrar, borreguilmente, por una sociedad  que carece de puntos referenciales de calidad. Por eso, hace unos días, cuando he visto, paraguas en mano, a una treintañera enfundada en una gabardina, he percibido un toque de elegancia que no confieren otras prendas actuales y, aún a riesgo de pasar por decimonónico, me he alegrado de que tal vestimenta hubiera sido rescatada, para bien de la moda, en contraposición a la de una muchacha, que minutos después he visto paseando bajo la lluvia, con los pantalones hechos jirones. Para gustos, están los colores las modas y hasta la forma de pensar, por eso, aprovechando que soy el Director de mi propio periódico, he decidido dedicar mi primera crónica  a reivindicar el uso de la gabardina, haciendo constar, que no estoy compinchado con ningún vendedor de tales prendas; lo cual, teniendo en cuenta los tiempos que corren, confiere carácter de autenticidad a lo que he escrito.





2 comentarios:

  1. Hoy he llevado una. La lluvia caía sobre ella y el viento se sintió libre. Besos.

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  2. Yo, sentía el viento humedecido y no sabía el porqué. Besos.

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