jueves, 8 de junio de 2017

FÁBULAS Y RECUERDOS

Por fin, llegó el día. Hoy, a las 8,30 de la tarde, en la Biblioteca Pública de Zamora, gentilmente acompañado de Julio Eguaras, presentaremos mis Fábulas carolingias. Motivo de satisfacción y de inevitables recuerdos de tiempos pasados, cuando paseaba mi recién estrenada juventud por las calles de esa bella ciudad castellana. Ha sido inevitable que compusiera un poema, recordando aquellos momentos. A veces, la nostalgia convulsiona nuestro ser, alcanzando hasta la desgastada médula de nuestros huesos. Este es el resultado:


                
                   CANTO A ZAMORA

Vibra en silencio mi alma
cuando paseo de nuevo tus calles, Zamora.
Se despliegan ante mí,
con la pura inocencia de años atrás
edificios almibarados por el tiempo,
añoranzas de aquello que dejé en el recuerdo
con el deseo de no olvidarlo nunca.
A la sombra de los muros de San Juan,
pensé, más de una vez, deslizarme por la calle Balborraz,
como un tobogán mágico que me llevara al Duero
y en los jardines de la Marina, corrí tras el balón,
mientras el heladero esperaba paciente
a que mi padre, antes de regresar al Cubo,
me obsequiara con un delicioso cucurucho
de nata, fresa o chocolate.
Puede que sea nostalgia lo que siento o puede
que en la película de la vida, 
los momentos felices,
gocen de una eterna primavera.
Lo cierto es, que cuando recorra esta tarde Santa Clara,
sentiré el vigor juvenil y la ilusión vana
de que el tiempo se ha detenido y de que todo sigue igual,
como las crestas de la Catedral,
y caminaré, entre incertidumbres,
con mi adolescencia a cuestas                            
intentando emular, como entonces,
al intrépido Viriato.




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