domingo, 10 de diciembre de 2017

PASAJES DE “CÉCILE. AMORÍOS Y MELANCOLÍAS DE UN JOVEN POETA” (41)
CAPÍTULO V
La Acogida
………………..
Apenas duró media hora mi estado de éxtasis, pues mi hermana, nerviosa, aprobó el ensayo pero ordenó apremiante:
―Por hoy ya es suficiente ―dijo, desconectando el pick-up―. La prueba ha sido un éxito. Vamos a colocar todo como estaba, que mis padres no tardarán en venir. Ojalá obtengamos permiso para bailar aquí cuando esté Nacho.
Tata Lola y Petra, habían seguido nuestras evoluciones, observándonos desde la puerta. Esta última hizo una evocación de sus años jóvenes.
―¡Lo que me tengo bailado en el salón de la Plaza del Cubo, sólo Dios lo sabe! ¡Hasta las tantas de la madrugada aguantábamos en fiestas! Pero ahora... soy un carcamal que bastante tiene con poder moverse. ¡Hay que amolarse, lo corta que es la vida!
―La vida puede parecer a algunos que es demasiado corta ―puntualizó tata Lola―, pero en mi caso, por haber nacido pobre y tener que servir desde niña, siempre me ha parecido que el tiempo transcurre terriblemente despacio, y con todo, ya no cumplo los cincuenta.
Terminado el ensayo, Daniel no quiso que les acompañara de regreso a casa.
―Estamos a un paso. Iremos deprisita para no enfriarnos.
En la puerta, quedamos en contactar en cuanto supiéramos el día en que llegaría Nacho, y nos saludamos intercambiando besos de despedida.
―Es una costumbre muy francesa ―intentó justificar Daniel, cuando besó a mi hermana.
―Es una costumbre que no hay que perder ―dije mientras besaba a Cécile.
―No seas malo… no seas malo ―repitió la muchacha, con gesto complaciente, antes de que su figura se perdiera escaleras abajo.
Era tal la ilusión que sentí al cerrar la puerta, que creí que una nueva resurrección se operaba dentro de mí. Recapitulando los momentos vividos, compuse este sexteto que titulé “Algo está cambiando” en referencia a la ilusión que la presencia de Cécile me proporcionaba.

ALGO ESTÁ CAMBIANDO
Por fin la oscura noche ve la aurora.
El corazón ya libre y antes preso,
quiere lanzar al aire melodías.
Revivo con pasión, hora tras hora,
el momento feliz, tu dulce beso,
que borró de mi ser melancolías.

Aquella noche pensé con todo fundamento, que el Cielo, de cuya existencia llegué a dudar, se ocultaba en algunas personas de este mundo. Y yo acababa de encontrarlo. ¡El Cielo era Cécile!



2 comentarios:

  1. Gracias a que tocamos el cielo, a través de algunas personas,es que podemos soportar la vida tan dura en está tierra.
    ¡Me gusta!

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  2. El Cielo, o un anticipo del mismo, está entre nosotros. Echemos una mirada de comprensión hacia los demás y lo encontraremos. Gracias, Maite, por tu acertado comentario y gracias, también, porque el pasaje te haya gustado.

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