jueves, 1 de marzo de 2018


CONVERSACIONES CON ÓSCAR (VII)


.A tres días de que la Academia de Hollywood se pronuncie sobre quiénes resultarán ser los ganadores de los Premios Oscar 2018, la película, "La Forma del Agua"(The Shape of Water), escrita y dirigida por el mexicano Guillermo del Toro, figura como la gran favorita con 13 nominaciones, incluyendo mejor película y dirección.

Atraído por tan buen currículo, he ido a verla y debo confesar que, a la salida, mis impresiones se encontraban divididas. La película, goza de indudables méritos entre los que destaco una ambientación apropiada a los años 60, una espléndida fotografía de bellos tonos verde-azulados, su deliciosa banda sonora, obra de Alexandre Desplat, una magnífica interpretación de la protagonista, Sally Hawkins y duras críticas contra la homofobia, el racismo, la intolerancia y el rechazo hacia las personas que consideramos diferentes. Sin embargo, a mi modesto entender, muchas de las interrogantes quedan en el aire o en el agua; vaya usted a saber, si con la sana intención de hacer honor al título de la cinta. También resultan exagerados, por no decir histriónicos, los personajes que ensalzan la crueldad y la bondad de manera exagerada (Michael Stuhlbarg y Michael Shannon).

La película es una fábula o si lo prefieren, un cuento de hadas, eso sí, para mayores. En plena Guerra Fría, Elisa (Sally Hawkins), una mujer muda que trabaja de limpiadora en unas instalaciones del Gobierno, llega a conocer un experimento secreto en el que un hombre-pez (Dong Jones),  capturado en la Amazonía, está siendo sometido a tortura con fines experimentales. La mujer empieza a sentir compasión y después afecto por alguien de apariencia tan diferente a la de los demás mortales. Desde entonces planea el modo de liberarle y ser feliz junto a él, porque el mundo de los sueños le resulta más atrayente que el de su monótona y solitaria vida. Contará para conseguir sus fines con la ayuda de un homosexual, su vecino Giles (Richard Jenkins).

Este film en el que lo fantástico y lo romántico se entremezclan, rezuma lirismo y recuerda a otros títulos como King Kong o La Bella y la Bestia, aunque el planteamiento sea de mayor calado. Guillermo del Toro no solo hace un homenaje a las películas de ciencia-ficción de mediados del siglo pasado, sino que interroga al espectador sobre cuál sería nuestra forma de actuar, si en un futuro, los habitantes de la Tierra contactaran con seres de otras galaxias con aspecto bien diferente al nuestro.

Película muy recomendable para los amantes del buen cine, especialmente a los que se sienten atraídos por este género fantástico y no tanto para otros que, como yo, presentan cierta dificultad para estar sentado casi dos horas viendo fantasías (historia de amor incluida) en los límites de la realidad.


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