jueves, 30 de agosto de 2018


EL CABALLERO DE VILLAMANRIQUE (1ª Parte)

Al recordar las hazañas
del señor de este Cantar
quiere mi pluma contar
la vida y hechos del hombre
que alcanzó fama y renombre
por soldado y por juglar.

Nació Jorge en noble cuna
revestida de brocados,
más ¡ay!, que fueron los hados
los que de cruel manera
pronto hicieron que perdiera
junto a su madre, cuidados.

Don Gómez, su tío fue
el espejo en que veía
cómo un poema surgía
si gozas de inspiración.
Y aprendiendo la lección,
se hizo un experto en poesía.

Alternando desde joven
el manejo de la espada
con la belleza encerrada
en el lirismo del verso,
hizo girar su universo
entre pelea y trovada.

En su padre, don Rodrigo,
halló el ejemplo a seguir
para después conseguir
ser tan honrado y honesto
que siempre estuvo dispuesto
al injusto combatir.

Por Isabel de Castilla
batalló con tanto celo
que no escuchó de él el cielo,
ni lamentos, ni una queja,
hasta que la Beltraneja
tiñera de negro el velo.

Con la bella Guiomar,
casó pronto, la razón:
asedios del corazón.
Otro asedio mantenía,
por la noche y por el día:
¡Castillo de Montizón!

“Ni miento ni me arrepiento”
fueron su lema y divisa,
la aplicaba de tal guisa
si apresaba al sarraceno,
que ofrecía, al ser tan bueno,
por su conversión, la Misa.

Con su padre muy enfermo
sintió el agudo dolor
de contemplar con pavor
el fugaz paso del tiempo
superando el contratiempo
con paciencia y mucho amor.
                                                  (Continuará)

Fotografía: Castillo de Montizón


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