jueves, 10 de enero de 2019



CONVERSACIONES EN LA RESIDENCIA


(Obra teatral en cuatro Actos)

ACTO PRIMERO
(Un hombre llama en el telefonillo de una Residencia)

Voz respondiendo— ¿Diga...?
Ambrosio—Buenos días, soy Ambrosio. Quisiera saber si está Lucas disponible. Vengo a charlar con él.
Voz respondiendo— Creo que sí, pero de todos modos le abro para que pase y pregunte dentro. Hoy hace un frío del demonio.
Ambrosio—Muchas gracias.

ACTO SEGUNDO
(En la portería de la Residencia)

Ambrosio— Buenos días. Pregunto por Lucas. Quisiera saber si puedo acceder a su habitación. Me llamo Ambrosio y soy de la ONG "Amigos sin fronteras". Hoy es mi día de visita.
Recepcionista— ¡Ah sí, Ambrosio! Lucas nos ha hablado muy bien de usted. Ya hace tiempo que le espera impaciente en su habitación.!Suba...Suba...! ¿Conoce el número?
Ambrosio—Sí, señorita. No es la primera vez que vengo. Muchas gracias.

ACTO TERCERO
(En la habitación de Lucas)

Ambrosio— ¿Qué tal chaval? ¿Cómo sigue todo?
Lucas— Estoy jodido, Ambrosio, pero jodido, jodido. Ya no solo me duelen las piernas de la caída que tuve al bañarme, ahora me ha dado en pensar cosas y no duermo por las noches.
Ambrosio— ¿Y desde cuando te ocurre eso?
Lucas— Más o menos desde Navidades. Nos pusieron en la sala de estar una televisión enorme y desde entonces me he aficionado y me quedo un rato después de cenar. ¡Se ve como en el cine!
Ambrosio—¿Y por eso te desvelas?
Lucas—Sí, Ambrosio, porque veo los anuncios y en la carta de Reyes les pedí, un slip blanco con el que poder lanzarme al mar desde una alta cumbre en donde me esperaría una mujer cañón y una colonia fabulosa.
Ambrosio— ¿Y?
Lucas— Pues que me traído un calzoncillo con pernera y un frasco de colonia a granel.
Luego está lo de mi futura sepultura. Después del trompazo que me di en el cuarto de baño, es fácil que cuando me muera, me den sepultura en el Valle de los Caídos y por lo que se ve, a los cuarenta años me pueden desenterrar como al Franco ese y luego no van a saber mis sobrinos en dónde tienen que llevar las flores.
Ambrosio— No pienses en esas cosas. Tómate la medicación y vivirás muchos años más.
Lucas—No sé qué decirte, Ambrosio. El caso es que por dentro me siento joven, pero tampoco este año he visto a las chicas doradas de las burbujas y eso me deprime un montón. Y para colmo, los políticos andan con ganas de elecciones, y ya nos han dicho las monjitas que cuidemos la salud para poder tener Vox y voto.
Ambrosio—Tú, no hagas caso de la tele y si quieres un consejo, no te quedes por la noche que tendrás pesadillas, mejor es que veas algo después de comer y ¡listo!
Lucas— Por la tarde... por la tarde... ¿Tu sabes el follón que tiene montado una que ganó Gran Hermano con su novio? Ni doblando la medicación se me quita el disgusto que tiene la pobre chica.
Ambrosio— Bueno, Lucas. A ver si cuando venga a verte la próxima vez te encuentro más tranquilo. Mientras tanto, lo mejor es que no veas la tele.
Lucas— Lo intentaré
Ambrosio— Hasta luego, Lucas.
Lucas—Hasta luego, Mari Carmen.

ACTO CUARTO
(En el vestíbulo del psiquiátrico)

Sor Pilar— Buenos días, don Ambrosio, ¿cómo ha encontrado a Lucas?
Ambrosio— Con los problemillas de siempre, pero la verdad es que razona muy bien y se da cuenta de toda la actualidad.
Sor Pilar— Eso he observado yo también. Como continúe mejorando, le mandamos una temporada a casa. Estamos escasos de camas y tenemos una larga lista de espera de personas que necesitan estar internadas.
Ambrosio— La creo, Sor Pilar, la creo...

FIN


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