jueves, 3 de enero de 2019


CONVERSACIONES CON ÓSCAR (X)



Confieso que, en las ocasiones en que voy al cine, elijo una proyección exenta de dramatismo o de violencia, que ni de cerca ni de lejos, trate el tema de nuestra Guerra Civil, tan recurrente en la cinematografía española, y que, a ser posible, la  Sala esté equipada con sonido envolvente Dolby Atmos. Como ya los telediarios se encargan de ofrecernos una concatenación de noticias a cual más desagradable, al cine acudo para ver y escuchar algo distinto, es decir, películas de las que por su amenidad o calidad tenga constancia previa de que me divertirán o enseñarán sin defraudarme.

Animado por las favorables críticas de la película francesa "Sobre ruedas" ("Tout le monde debout") asistí dispuesto a concluir el año, cinematográficamente hablando, con buen pie. Y debo decir, que el acierto fue pleno. Con un guión muy sencillo, Franck Dubosc, que es a su vez director primerizo y protagonista de la cinta, ha construido una sucesión de fotogramas amables, románticos y tiernos que dan paso a una sucesión de momentos gratos, enormemente divertidos, salpicados de gags de fondo absolutamente limpio que hacen que la hora y cuarenta y siete minutos de visionado transcurran en un santiamén.

Como dije antes, la sinopsis no es nada complicada: Jocelyn, un atractivo empresario, ligón  compulsivo(Franck Dubosc) se ve sorprendido, sentado en la silla de ruedas de su recién fallecida madre, por una espectacular vecina (Caroline Anglade) a la que trata de seducir desde su falso estado de minusválido. Las cosas se complican cuando invitado por este pivón, descubre que su hermana es realmente minusválida. Desde entonces tendrá que seguir fingiendo su papel...¡No cuento más!

Es una delicia ver la interpretación de los protagonistas, principalmente de Florence (Alexandra Lamy) que desprende ternura y sensibilidad a raudales. El reparto está magníficamente completado con la actuación de Elsa Zylberstein y Gérard Darmon.

Muy a tener en cuenta es la normalizada visión que de la minusvalía hace el director, sin presentarlo como una fatal manera de sobrevivir; muy por el contrario, es un canto a la adaptación y a la superación de aquellos que, por diversos motivos, sufren algún tipo de incapacidad.

El final, totalmente previsible, no resta credibilidad a esta excelente historia, que os recomiendo ver para iniciar el Nuevo Año con renovada ilusión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario