jueves, 18 de julio de 2019


CALOR EN TU CUERPO


Sube de la tierra y, desde el cielo bajan,
efluvios de aire tórrido
que me invaden como el calor de tu cuerpo.

No hay gentes por la calle de mirada indiscreta
ni  mentes soñadoras que puedan
imaginar siquiera una parte
de la pasión que siento
a la sombra de tus pechos,
en el oasis en el que descansa mi mirada
en la tuya, cuando nos amamos.

Busco entre poemas aliviarme
del sofoco que me impide
abrir puertas y ventanas
como el corazón, como hiciera esta mañana.

Detecto sensaciones de flores agostadas
contemplando el jardín, humedecido al alba.
La savia se oculta cautelosa en geranios y rosales
esperando la frescura de la noche, para hacerles resurgir
enhiestos y olorosos, de nuevo.
Prodigio del amor, como el Guadiana, que alterna
gozo con olvido, al menos aparente,
cuando a veces creo estar solo y, sin embargo,
el calor de tu beso en mi frente me refresca.

¡Sol! ¡Calor! ¡Estío! ¿Qué me importan?
Si, sudoroso, te tengo a mi lado
mientras escribo este poema
en el que evoco el calor de tu cuerpo,
ofreciéndoseme, en las noches frías del alma.

Fotografía de Maribel Diez Salgado



6 comentarios:

  1. Un hermoso y apasionado poema de amor,y con un puro y dulce beso en la frente ...
    Bella fotografía, los girasoles siempre en busca de su amor ...EL SOL

    ResponderEliminar
  2. Antes de que amaneciera, ya buscabas el Sol por el que suspiras. Que el amor jamás te abandone y te obsequie cada día con dulces besos en tu frente.

    ResponderEliminar
  3. La pasión, el amor tan indispensables. Hermoso poema, Carlos. Besos.

    ResponderEliminar
  4. La pasión, consecuencia del amor, nos es tan indispensable como la vida misma.Tú, que eres vientodecaliope, lo sabes bien, porque conoces el efecto benéfico de la brisa que te acompaña. Gracias por refrescar mi verano.

    ResponderEliminar
  5. No importa la estación, si el corazón nos brinca al ritmo del deseo. Un abrazo, amigo Carlos.

    ResponderEliminar
  6. Si el deseo es excesivo y el corazón brinca a su ritmo, puede fallarte el corazón o pasarte de la estación en que deseabas apearte. Como ves, María José, en verano se me ocurren muchas tonterías. Abrazos sinceros.

    ResponderEliminar