CAMPO SANTO
Donde mora la paz, siempre
hay fulgores
que colman a los vivos de
esperanza,
retratos en cristal, pura
añoranza,
vivida en el crisol de los
amores.
Te acercas y te llenas de
temblores
al ver, hasta donde la vista
alcanza,
tu apellido bailando en una
danza
dramática de cifras y de
nombres.
Solitario, el viejo ciprés
guía,
con su extremo el Cielo
señalando,
a quien espera bajo losa
fría
y a quien escucha pájaros cantando.
Con el trino de fondo,
melodía,
regresarás al mundo, meditando.
