TARDE MÁGICA
Un continuo discurrir de visitantes, animó desde el
inicio la visita interesada, curiosa a veces, a librerías e editoriales. En
algunas de ellas, noveles o curtidos escritores ofrecían la preciada mercancía
de sus obras, estampando su firma en ejemplares que volaban a destinos ignotos
para mezclar la fantasía del autor con la del esperanzado lector.
En la caseta de "El Sueño de Pepa", el
poeta Boris Rozas y un servidor, compartimos espacio y charla junto a la
encantadora María José, en los pocos momentos que pudimos, pues la llegada de
visitantes era constante.
Un excelente recuerdo, Carlos
ResponderEliminarEfectivamente, Mª Ángeles, pasé una tarde excelente. Gracias por tu comentario,
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