domingo, 27 de abril de 2025

 

LA VIDA DE MAGÍN PUERRO

-XXII-

 

Todos contentos, la Ana

fue la única que dijo

que tal vez fuera prolijo

esperar que el casamiento

se retrasara. ”Lo miento…

¡por si esperaran un hijo!”

 

 

Sin recabar opiniones,

­don Cosme fijó la fecha

enseguida, pues la mecha

de la pasión consentida

no debe verse encendida

sin estar la boda hecha.

.

 

María y yo comentamos

de manera sosegada

cómo de forma pactada

se concertó nuestra boda

por la iglesia como toda

unión de amor bien gestada.

 

 

No teníamos padrinos,

ni aros de compromiso,

ni papeles, ni permiso

para podernos casar

tuvimos que postergar.

tanto boda como guiso.

 .

 

Poco gustó al sacerdote

retrasar la ceremonia,

pues ya pasó con Antonia

que cada año decía

que pronto se casaría

más, ni arroz ni ceremonia.

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