domingo, 31 de enero de 2016


ÁNGELA HERNÁNDEZ BENITO

Esta excelente poetisa y escritora salmantina, afincada en Valladolid desde hace más de cuatro décadas, ha recibido el pasado día 28, un merecido homenaje con motivo de su cese por jubilación como Directora de la Casa Museo de Zorrilla. Al Acto, que resultó  emotivo y sumamente entretenido, se sumaron representantes de varios colectivos que tienen como espacio multicultural la Casa del ilustre vallisoletano.

Ángela es una mujer estudiosa de la obra de Zorrilla que ha sabido dirigir sabiamente la andadura cultural del lugar donde viviera el poeta, haciendo que, en poco tiempo, pasara de frío Museo, a lugar de encuentro de múltiples colectivos potenciadores de la poesía, la narrativa, el teatro o la música.
Ganadora de numerosos premios literarios: José Rodao" "Antonio Reyes Huertas" "Relatos breves de mujer" , entre otros, así como el premio internacional "Vivendia- Villeirs", ha sido galardonada en multitud de ocasiones en reconocimiento a su labor en pro de la cultura. Ha escrito varias novelas de corte intimista, la última de las cuales, "Escribo para decirte que te odio" , que ha sido traducida a varios idiomas, toma como punto de partida la vida del escritor, Ángel Vázquez Molina.

Pese a su enorme altura literaria, Ángela destaca por su sencillez y cercanía a cuantas personas hemos tenido la suerte de conocerla y charlar con ella. Merecedora del cariño de todos nosotros, deseamos  que continúe su apasionante vida, disfrutando con la creación, más sosegada ahora, de su obra literaria.

Durante su homenaje, recibió junto a otros regalos, un libro con trabajos inéditos de sus amigos escritores, entre los que tengo la fortuna de encontrarme. Os dejo, mi aportación:

En la Casa-Museo, el viento mece
el jardín, barruntando despedida.
Dejó Ángela aquí su media vida
de la otra media, hoy es el empiece.

Hay un silencio hablado, me parece,
de poesía, en el verdor leída,
o quizás, por su  ingenio entretejida,
junto al balcón donde la parra crece.
Extrañarán los muros su figura,
la dulce voz, el juicio y el consejo
que a todos prodigaba con dulzura.

La virtud en el verso, su manejo,
quedará como ejemplo de escritura,
para mirarse en ella como espejo.

                                    

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