domingo, 29 de agosto de 2021


 

CARTA AL AMIGO INVISIBLE (VIII)

 

 

 

 

Querido amigo, puede que se trate de simple casualidad, pero ocurre, que cuando me dispongo a escribirte mi mensual misiva, siempre hay noticias que empañan la alegría que proporciona el amable verano. Hoy el asunto es peliagudo y preocupante. Afganistán, territorio que durante los últimos años ha estado controlado por fuerzas americanas y sus países amigos, ha sido abandonado a su suerte, con lo que se ha puesto de manifiesto el gran fracaso de Occidente y el fin de un Orden mundial en el que los amigos del tío Sam, han perdido el liderazgo. Los talibanes ya disponen de una “fábrica” de terroristas para seguir amenazando a los “infieles”. No importa que no dispongan de personal cualificado ni de una industria desarrollada, poseen yacimientos de petróleo y un subsuelo rico en metales pesados. China, Rusia  o alguna otra potencia islamista como Irán se encargarán de extraerlos. Como un dragón silencioso, China se ha convertido en la primera potencia mundial y amenaza con seguir dando sustanciosos bocados allí donde huela que pueda extender su influencia y su inigualable potencial económico.

El drama que están viviendo los afganos que quieren huir del terror talibán agita nuestras conciencias y aquellos que no consigan escapar antes del último día de agosto, se enfrentarán a un futuro complicado, sobre todo, si han tenido algo que ver con los ejércitos que ahora les han abandonado. La evacuación de unos miles de afganos realizada por los países occidentales, no lava la imagen de una despedida mal preparada. Nuestro Presidente, ha reaccionado a la “operación salida”, una semana más tarde que el resto de los mandatarios europeos, aunque siguiendo su hipócrita manera de actuar, no ha dudado en hacerse la foto de rigor con los primeros refugiados. ¡Qué lástima de hombre!

No sería mala idea, ahora que estamos recibiendo ingentes cantidades de euros de la Unión Europea, que buena parte de ellos se emplearan en cambiar nuestro modelo productivo. No soy el primero que cree que vivir del turismo no puede dar buenos resultados por tiempo indefinido. Lo hemos comprobado con la pandemia y lo podemos volver a padecer por otras mil razones. ¿Qué tal si fabricásemos chips? ¿Qué tal si eliminásemos la economía sumergida? ¿Cuánto nos ahorraríamos si disminuyesen el número de políticos ineptos y de asesores innecesarios? Invertir en Educación, Cultura, Investigación, etc., podría ser lo más acertado. Tal vez así conseguiríamos tener en un futuro no lejano, una juventud  alejada de botellones y fiestas descontroladas y, por el contrario, rica en valores, motivada y preparada para conseguir grandes metas. Digo en un futuro, porque en la actualidad, algunos de nuestros políticos no sienten el mínimo rubor en mostrarnos a diario su ignorancia. No es de recibo que alguna vieja gloria como Cristina Almeida, al ser entrevistada, dijera: “tan bajísimos” y se quedara tan pancha.

Hablando de todo un poco te diré que se anuncia para primeros de septiembre el estreno de “Madres paralelas”, la última película de Pedro Almodóvar. Da por hecho, querido amigo, que no asistiré a su visionado. Son muchas las decepciones que he sufrido con bodrios anteriores del que, para algunos, es un genial director. Su última provocación es el vomitivo cartel anunciador de la película: Un pezón femenino derramando una gota de leche. La censura de Facebook tan estricta en situaciones similares, ha permitido su publicación porque: “En algunos casos hacemos excepciones y permitimos la desnudez en determinadas circunstancias, en este ocasión por tratarse de un contexto artístico”. O sea, lo de siempre. La ley se aplica a conveniencia y estamos gobernados por una encubierta dictadura de izquierdas.

Gracias a estos que nos desgobiernan, la luz ha subido más de un 40% en un año y como está atardeciendo, prefiero finalizar esta carta aquí, por si acaso, cuando llegue el recibo de este mes, me veo obligado a contar los garbanzos.

Que tengas un buen día, amigo invisible.

jueves, 26 de agosto de 2021

 

PASAJES DE "LAS LAMENTACIONES DE MI PRIMO JEREMÍAS" (81)

CAPÍTULO V

El tío Caparras

 

 

 

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―Vaya, vaya con el nieto del señorito Tino ―me dijo―. Aunque ahora le ves decaído, tu abuelo ha sido muy gamberro. ¡Cómo las preparábamos en carnavales! ―exclamó―. Recuerdo que un año, al anochecer de un martes de carnaval, hicimos una procesión al estilo de las que entonces organizaba don Florencio, el antiguo párroco. Yo, que era el más osado, iba en cabeza, sosteniendo en una tornadera un gato pinchado en todo lo alto; me cubría los hombros y la espalda con un saco a modo de capa pluvial, y muy solemnemente cantaba con el tonillo gregoriano: «Si has visto un gato neeeegro, devuélveselo a su dueeeeño». Detrás de mí, tu abuelo sujetaba con alambre una lata grande de bonito en escabeche, que contenía unas ascuas. Movía salerosamente la lata de izquierda a derecha, como si de un incensario se tratara, y me respondía con el mismo tonillo: «Es un gato muy famooooso, muy bonito y muy hermooooso». Todos los quintos de aquel año nos seguían en dos hileras, con hachones encendidos, cubriendo la cabeza con sus respectivos sacos, y a coro entonaban: «Dominus vobiiiiscum, el gato no lo hemus viiiisto».

La procesión no duró más que unos cuantos minutos. Antes de llegar a la plaza, los números de la guardia civil echaron por tierra todo el invento y nos llevaron detenidos a la casa cuartel. Para salir tuvimos que pagar una multa de cinco pesetas cada uno. Cuando llegó mi padre al cuartelillo, je, je… ―rió atragantándose―, me quería matar, pues en aquel tiempo cinco pesetas era un dineral. También vino el señorito Dámaso a rescatar a tu abuelo. A él no le importó tanto el dinero como la vergüenza de que su hijo querido hubiera hecho burla de la religión, porque don Florencio, con el maestro y el médico, no faltaban cada noche a la cita con el tute en su casa. Aquello fue un escándalo que nos hizo famosos en el entorno. De Peleas, Mayalde y Villamor venían mozos a conocernos, que nos invitaban a vino por la bravuconada y nos pasábamos unas risas que para qué. Al que no le hizo tanta gracia fue a Cirilo, el Alpargata, que resultó ser el dueño del gato, y que nos enseñaba la hoz en cuanto tenía ocasión. A resultas de aquello, los mozos estuvimos un tiempo sin poder cortarnos el pelo en el pueblo, porque el Alpargata era el dueño de la barbería.

                                                                              

El tío Caparras se restregó los ojos con un mugriento pañuelo que desprendía picadura de tabaco, y terminó a modo de conclusión:

―Estas cosas de antaño no se le olvidan a uno en toda la vida.

Acto seguido, levantó con dificultad su pesado cuerpo y nos dijo:

―Andad a casa que ya va siendo tarde. Yo voy a ver si caliento las lentejas que me sobraron esta mañana.

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jueves, 19 de agosto de 2021

 

LA TRISTEZA

 

La tristeza, era esa mañana,  un cielo encapotado

amenazando lluvia, dispuesto a inundar

las flores que nacieron en los surcos

de la felicidad costosamente trabajada.

 

Se advertía, con inusitado ímpetu, en la mano agitada

de la despedida, premonitoriamente definitiva...

Dolor y sentimiento pugnaban por olvidar

la fragancias que se desprendían de tu cuerpo enamorado,

fragancias, que ahora, no recuerdo..

 

En la habitación que ocupábamos

flotaba, una amarga sensación de casa abandonada,

que convertía la estancia en lúgubre habitáculo.

Hasta nuestras caras sonrientes

en los marcos que nos encuadraban,

parecían muecas de ancianos

esperando el trágico devenir de la muerte inexorable.

 

¡Qué costoso me resulta mudar

la realidad gozosa de otro tiempo

por el recuerdo y la desesperanza!

Con solo tu mirada cambiaste el curso de mi vida y,

tal vez, el curso de toda la vida imaginable.

Mirábamos el río, y las aguas eran de plata;

aguas claras de un manantial inagotable...

Ningún artista ha sido capaz de plasmar

la belleza de un atardecer, como cuando contemplábamos

el ocaso del sol, reclinado tu cuerpo entre mis brazos.

Esperaba, pacientemente, escucharte

para deleitarme con la música cantarina

con la que citabas  los acontecimientos más banales.

A propósito fingía no entenderte  para escucharlos de nuevo..

¡Cómo sentía tus latidos!

¡Qué sutilmente se entrelazaban nuestras manos

y con qué fuerza se anudaban nuestras almas!

 

Un viento seco, un sol abrasador,

marchitó la flor y la poesía.

Desperté a la realidad, sobresaltado.

¡Cómo imaginar un amor caduco, nacido eterno!

Tras el adiós y despedida. el cielo encapotado se desplomó

en ríos de tristeza, anegando los surcos donde quedan

náufragas las flores ajadas de tristeza.

Triste final que ocupa mis noches en vela,

mientras me invade la certeza segura.

de no volver a encontrar el calor de tus labios.

 

Fotografía de David Dubnitskiy.

 

 

jueves, 12 de agosto de 2021

 EL YANTAR DE MÍO CID

Revista gastronómica

GUÍA MICHARLYN

RESTAURANTE “EL CIPRÉS”. Jardines de Don Diego,1 ARANDA DE DUERO (Burgos)

 

 

 

No hay duda de que la pandemia y otras circunstancias has trastocado los planes de muchos de nosotros, por eso, una comida programada tiempo atrás ha tenido que esperar hasta hace unos días para poder llevarla a término.

Cuatro amigos ilusionados con degustar en Aranda de Duero el suculento lechazo asado que en esa localidad goza de extraordinaria fama, hicimos, por fin, nuestro deseo realidad. El número de restaurantes que ofertan esta joya de la gastronomía es elevado, pero en estos tiempos convulsos, decidimos escoger “El Ciprés” porque, además de leer un sinfín de positivos comentarios, su terraza al aire libre nos ofrecía mayor confianza y, a decir verdad, la elección resultó ser un gran acierto.

El lechazo asado es un plato contundente que no necesita más acompañamiento que una ensalada y quizás un aperitivo para abrir boca. Así fue como tras unas tapitas de chorizo (cortesía de la casa) solicitamos una ración de croquetas de jamón, que resultaron ciertamente apetitosas, y dos cuartos de lechazo, uno delantero y otro trasero.

Cuando la cazuela hizo su aparición, la esperaban sobre el mantel, además de la ensalada, una botella de tinto CAIR CUVÉE 2018  Ribera del Duero y una torta de pan de aceite. Con tan buenos acompañantes, el lechazo no quiso ser menos y nos ofreció su carne dorada, asada en tiempo justo, jugosa y excelente de sabor, para satisfacción de los comensales que comprobamos el buen maridaje del Ribera burgalés, antes citado, con el apetitoso asado.




Un variado surtido de pastelitos y el siempre apreciado café, pusieron colofón a una excelente comida. ”La dolorosa”, sin ser barata, tampoco fue excesiva teniendo en cuenta la calidad de las viandas y el atento servicio del que disfrutamos. En definitiva, un restaurante para tener en cuenta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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domingo, 8 de agosto de 2021

 

HAIKUS DEL TÓRRIDO AGOSTO

 

 

La resiliencia

hasta con sed mantiene

el árbol verde.

 

Empaquetada

yace la paja rubia

sobre el rastrojo.

 

Que los botijos

refresquen los agobios

del sol crecido.

 

Hay lagartijas

que corren tan deprisa

como los días.

 

¡Cómo te añoro!

Oh, brisa vespertina

de mis otoños.

 

Fotografía de Manuel Benito.

 

 

jueves, 5 de agosto de 2021

 

LA VIDA ES APRENDIZAJE

 

 

(Obra teatral en tres Actos)

ACTO PRIMERO

(Asun y Damián conversan en casa)

Asun— ¿Se puede saber qué hace el señorito todavía en la cama?

Damián—Pues descansar. ¿No sabes que ayer me acosté tarde?

Asun—Ayer, anteayer y todos los días de la semana. No sé qué haces llegando a casa tan tarde. Un día me voy a cansar, echo el cerrojo y duermes en la calle.

Damián— ¡Lo que me faltaba! Sabes que no estoy de parranda sino trabajando duro a ver si puedo colocar los licores en restaurantes, pubs y discotecas.

Asun—Pero ahora, todos esos establecimientos se cierran a las dos y tú hay días que hasta las cuatro no calientas la cama.

Damían—Asun, ¡qué poco entiendes lo que es ser un buen representante de licores! Muchas veces el dueño no te atiende hasta que el local no se queda vacío y entre unas cosas y otras…

Asun—Espero que las otras no sean mujeres, porque  de lo contrario considérate un divorciado.

Damíán—¡Madre mía! Has heredado el carácter de tu madre. Sabes que en el mundo no existe una mujer a la quiera más que a ti. Deberías tener un poco más de confianza en tu marido.

Asun—Procuro tenerla, Damián, pero es que a veces hueles a alcohol que tiras para atrás.

Damián—Mujer, eso es normal. Date cuenta que tengo que alternar con los clientes y tomar con ellos unos chupitos de los productos que ofrezco y ya sabes que represento más de diez marcas distintas.

Asun—Pues no estaría mal que fueras acortando la oferta. Me temo que un día, de tan bebido, no aciertes a encontrar la casa.

Damián—Descuida, Asun. A ver si tengo una buena racha de ventas y cambio de oficio.

Asun—Dios te oiga, porque me tienes desquiciadita.

 

ACTO SEGUNDO

(Dos semanas después, Damián concierta una cita con su mejor amigo)

 

Damián—Gracias, Paco, por dejar tus ocupaciones y venir a escuchar lo que te quiero comentar,

Paco— ¡Qué cosas tienes, Damíán! Para eso estamos los amigos y ¿qué es lo que te ocurre?

Damián— Creo que estás al corriente de  que mi última ocupación es la de representante de licores, ¿no?

Paco—Sí, me pareció habértelo oído decir. ¿Qué tal te va?

Damián—En el tema económico no me puedo quejar, pero  es una vida muy dura. Trabajo recorriendo garitos desde las diez de la noche y no llego a casa hasta las seis de la mañana. Muchas veces estoy casi borracho de tantas catas que he tenido que hacer con mis clientes, y esto no es vida, Eso sí me hecho un experto en reconocer si una ginebra es de marca o de garrafa o, simplemente con el olfato, distingo cuantos años ha estado un güisqui en barrica.

Paco— La vida es aprendizaje, Damián, pero llevas una vida  muy estresante, aparte de que puedes acabar siendo un alcohólico.

Damián— ¿Y qué me aconsejas?

Paco—Pues que oposites y te hagas funcionario del Estado. Tienes una paga segura y eso es salud para el cuerpo y felicidad en el matrimonio.

Damián—No tengo ni idea de a qué podría opositar.

Paco— Se me está ocurriendo que tal vez Guardia Civil sería una buena profesión para ti. Todavía eres joven, tienes carné de conducir y además, aunque no te pudiste colocar en lo tuyo, tienes una Carrera universitaria.

Damián—No sé…no sé, Me lo tendré que pensar. Eso de llevar uniforme…

Paco— ¡Déjate de tonterías, Damían! Uniforme llevábamos en el Colegio y no salimos traumatizados.

Damían—Está bien, Paco. No te prometo nada, pero en cualquier caso te doy las gracias por tu consejo.

Paco—De nada, amigo. Ya me dirás lo que decides.

 

 ACTO TERCERO

(Damián y Paco se encuentran al cabo de dos años)

 

Paco— ¡Qué alegría verte, amigo Damián! Ya no te pregunto por lo que hiciste, porque con el uniforme vas hecho un pincel de elegante, eso sin contar lo apuesto que te hace el tricornio.

Damián—Pues sí, Paco, me puse a estudiar e ingresé en la Guardia Civil. Miraron mis capacidades y me destinaron a Tráfico.

Paco— ¿Por lo bien que conduces?

Damián—¡Qué va! Fue por la experiencia que tengo con los alcoholes.

Paco—A ver, cuenta… cuenta.

Damián—Pues cuando hacemos un control de alcoholemia, yo soy el que pide el carné de conducir y el que le solicita al conductor que se quite la mascarilla para identificarle. A poco que hable, ya detecto si ha bebido o no. Si me parece dudoso, le desvío para que le hagan la prueba mis compañeros y si me parece que no, le dejo seguir.

Paco— ¡Alucinante!

Damián—Creo que me van a ascender a cabo, porque agilizo mucho la circulación además de que el Cuerpo, se ahorra un pastón en boquillas. ¡Ah! Además, ahora Asun está tan contenta.

Paco— No me extraña, amigo. Por fin sabe lo que es cenar juntos. Da a tu mujer muchos recuerdos de mi parte y ahora vamos a festejarlo con una cervecita.

Damián—Lo que tú digas, Paco. Siempre a tus órdenes, pero la mía sin alcohol.

(El telón cae cuando los dos amigos caminan juntos a celebrarlo)

 

domingo, 1 de agosto de 2021

 

ANOCHECERES

 

 

 

Tienes tal embrujo, noche,

que los recodos del alma

saben bien que pones calma

de atardeceres, el broche.

No puede haber más derroche

ni más pura fantasía

que presenciar tras el día,

destellos de luz brillantes

como lejanos amantes

soñando la cercanía.

 

Formas parte de este juego,

amor nacido en la tarde,

con la ilusión que me arde

convertida en puro fuego.

El tiempo nos dirá luego,

si la estrella que contemplo

se extinguirá en un momento

o lucirá de por vida.

Por ahora, en la partida,

es todo amor lo que siento.

 

Fotografía de María Teresa Álvarez