LA HOGUERA DEL ODIO
Ayer fue el Día
Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, y por eso, he creído oportuno traer
a mi blog una referencia, crítica, de la novela "La hoguera del
odio", escrita por María Barbancho; novela que me dedicó la autora en una de sus
visitas a Valladolid, allá por el mes de mayo del pasado año. Desde entonces,
he alternado su lectura con intervalos de abandono. Las tareas en las que estoy
embarcado me impiden dedicar un tiempo continuado a narraciones que superen las
300 páginas, y ¡ésta tiene 702!. Espero, me disculpéis, esta característica de "Guadiana
lector", al igual que hacéis con muchas de mis múltiples limitaciones.
La novela narra en flash-back la historia de la
familia Von Fischer, que comienza cuando la abogada Nehira Fischer recibe en
herencia una maleta con documentación acerca de la historia de su familia. Tras
unos prolegómenos en los que se narra el nacimiento del nazismo después de
concluida la I guerra Mundial, el relato se centra en la apasionante historia
de amor acaecida entre el nazi, posteriormente arrepentido, Christian Von
Fischer y la judía Moria Fresser. Un amor, por cierto, épico, inconmensurable,
capaz de vencer todas las dificultades que se entrecruzan en su tortuoso camino,
y que no son pocas. No obstante, la razón de ser de la novela radica, como eje
central de su argumento, en la descripción del nazismo y de sus horrores,
motivo más que reiterado en un sinfín de películas y de publicaciones, que
nunca está de más recordar como enseñanza del pasado. ¡Lástima que no existan
igual número de referencias dedicadas a comentar los errores bolcheviques o las
atrocidades japonesas!
La descripción de todas estas crueldades, referidas
a hechos no ficticios, está bien documentada, por lo que es de elogiar el buen
trabajo de recopilación llevado a cabo por María Barbancho, material, que por
otra parte, es posible encontrar en enciclopedias o por testimonios directos de
los supervivientes. La descripción de ambientes y la fluidez de la narración
son dos grandes cualidades de la escritora que ayudan a " digerir"
tan extenso relato. Tal vez la parte ficticia de la narración, no convenza
tanto, por cuanto los protagonistas, más que dirigir la acción novelada,
parecen servir como pretexto para el propósito último, que no es otro, que la
condena del nazismo: meta, para nuestro bien, alcanzada. Recordemos aquí las palabras del filósofo Jorge
Santayana:"Quien olvida su historia está condenado a repetirla".
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