domingo, 27 de noviembre de 2022

 

UN AMOR SUPERADO

 

 

 

En París, la lluvia caía lenta, pero persistentemente, en una jornada en la que el tráfico rodado era intenso, como casi siempre, y los viandantes se apresuraban a ultimar sus compras en los elegantes comercios de la rue de Saint- Honoré. A medida que la oscuridad se iba apoderando de la tarde, se encendía la luz de los establecimientos  para devolver a la calle la vistosidad y el colorido que nunca le faltaba.

Andrés disfrutaba contemplando desde la ventana de un lujoso apartamento, el ir y venir de las gentes, el desfile de paraguas de mil diseños diferentes y esa fiebre compradora que era parte muy importante de su éxito profesional. Cuando llegó a París, apenas había cumplido los veinticuatro y pasó días de incomprensión y carencias de todo tipo cuando ofrecía tienda tras tienda sus diseños, siendo la negativa la respuesta recibida en su mayoría. Cuando, por fin, Madame Juliette, se fijó en su creatividad y creyó en él, su vida experimentó un cambio radical. En pocos meses pasó de ocupar una apartada mesa en la sala de diseñadores a un despacho con varios empleados a su cargo, atentos a cualquiera de sus indicaciones. Sin duda, la novedad del diseño que creaba era tan imaginativa y se adaptaba tan bien a lo que las mujeres francesas deseaban, que Madame Juliette estaba tan encantada con su trabajo y con la forma en la que crecían sus ingresos, que aumentándole el sueldo cada temporada, impedía que su delfín no cayera en la tentación de abandonarla para irse a trabajar con alguna firma dela competencia. 

Sin embargo, hasta alcanzar estas cotas de confort, Andrés había pasado por momentos de gran inestabilidad emocional. Hacia algunos años, siendo estudiante de Arquitectura, conoció a Reme, una joven encantadora de carácter inconformista con la que empezó a flirtear, después a salir, y por último, a comenzar una relación de sabor agridulce, pues a momentos de intensa felicidad seguían otros en los que parecía existir entre ambos un muro de indiferencia. Cuando Andrés le preguntaba el motivo de este comportamiento, ella respondía con evasivas, hasta que requerida una vez más por su novio confesó que en sus planes de futuro no figuraba él como protagonista y que su compañía  era un mero divertimento y un aprendizaje para la vida que un día soñaba tener. Al escucharla, Andrés creyó volverse loco, dejó de interesarse por el mundo que le rodeaba y cayó en una depresión de la que supo reaccionar a tiempo tomando una drástica decisión: Abandonó los estudios de Arquitectura y huyó a Francia para enfrentarse a un futuro incierto, contando únicamente con su experiencia como dibujante y una facilidad innata para el diseño de ropa.

Durante los primeros años, el recuerdo de Reme, martilleaba su mente haciéndole sufrir lo indecible. El tiempo se encargó de ir cerrando la herida a lo que contribuyó Sylvie, una estudiante de la Sorbonne, con la que congenió a los pocos meses de su llegada a París. Desde entonces, el amor les había unido en la penuria de los primeros tiempos y en los confortables momentos actuales. "¡Treinta años!—pensó Andrés, retirándose de la ventana—Treinta años desde que tuve la dicha de conocer a esta encantadora criatura".

Miró el reloj comprobando que tan solo faltaban veinte minutos para encontrarse con Sylvie en "Le Village", una cafetería de la rue Royale. Se enfundó la gabardina, tomó un paraguas y se dirigió con paso decidido hasta donde le esperaba su amor.

 

jueves, 24 de noviembre de 2022

 

PASAJES DE "LAS LAMENTACIONES DE MI PRIMO JEREMÍAS" (91)

CAPÍTULO VI

El cursillo de verano

 

 

 

 

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Los días siguientes transcurrieron con tanta celeridad que, sin percatarme, comenzó a desgranarse el mes de agosto. Pensando en mi desarrollo personal, mi señor padre había confeccionado un férreo horario que debía cumplir a rajatabla; pero por increíble que pudiera parecer, el sometimiento a tal disciplina no impedía que al finalizar la jornada me encontrara satisfecho con las actividades realizadas, no pareciéndome nunca un día igual al anterior. Mi primo se encargaba de instruirme en todo lo que él consideraba imprescindible; pensaba que cuando acabaran las vacaciones, tendría que estar apto para afrontar el invierno con la madurez que supuestamente me faltaba, y lo hacía con tanto celo que buscaba mil distracciones con tal de que no me aburriera en el aprendizaje. Por las mañanas, antes de las diez, Jeremías esperaba a que Tinín acabara de desayunar, apoyado en la fachada de Rosario, la Peineta, sin atreverse a traspasar el umbral de nuestra casa para no molestar al abuelo, y los tres asistíamos al cursillo en el que don Lucio, machaconamente, se afanaba en trasmitir sus conocimientos, obligándonos previamente a la recogida de piedras. Haciendo montones, aprendí la supuesta forma del Sistema Central e Ibérico; con ellas dibujé el contorno de varios animales, e incluso para disputar series de cincuenta metros lisos, las lanchas le eran imprescindibles para señalar las calles. Como a la salida teníamos que sacarlas de la huerta, a Jeremías le pareció muy justo que, si a Cirilo, el Alpargata, le habíamos dado la oportunidad de conocer el Mediterráneo, ¿por qué no invitar a otros vecinos a conocer la Sierra o a hacerse la idea de cómo era una Olimpiada? De esta manera, durante una semana, a las puertas de los corrales y traseras por los que pasábamos de regreso a casa, íbamos dejando la impronta pétrea de nuestra presencia. Jeremías era tan meticuloso en el reparto que cuando nos relataron de nuevo el Alzamiento Nacional, acaparó los hitos de Ceuta y Melilla y los transportó a la puerta de Teresa la Africana para que «se sintiera como en casa».

A la hora en la que los mayores disfrutaban de la siesta, solíamos acudir al regato, donde continuaba con otro cursillo: el que me impartía Jeremías para ver si de una vez por todas conseguía pescar ranas. Si el calor nos apretaba, a media tarde nos zambullíamos en el pilón de riego de Arturo el Viseras, con el calzoncillo como traje de baño, del que mi primo se despojaba en ocasiones para ocultar los palominos. Allí comprobé «in situ» cómo la herramienta que me caracterizaba como hombre tenía mucho que aprender de la de mi joven profesor: morcillona, trompetera e indiferente al contacto del agua; eso, por no hablar de los bíceps: escuálidos montículos en mis antebrazos y dos bolas de acero en los de Jeremías.

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domingo, 20 de noviembre de 2022

 

LA REFORMA

Crónicas de mi Periódico              20 de noviembre de  2022

LA ENÉSIMA FELONÍA

 

 

Aunque nadie lo diga claramente, todos sabemos que nos encontramos, políticamente hablando, en campaña preelectoral. Sigilosamente, el taimado felón ultima los enésimos regalos a los que van a apoyar los PGE con la confianza de que el año largo que falta hasta las próximas elecciones generales, sea suficiente tiempo para que la amnesia de algunos españoles haga que el recuerdo de los estragos con los que está vapuleando a la Constitución y a la ciudadanía, se aminore.

En su obligado rendibú a separatistas y proetarras, no ha tenido el más mínimo rubor en eliminar el delito de sedición, sustituyéndolo por otro al que ha dado en llamar, "de desórdenes públicos"(¿?), con lo cual la pena máxima que se podría aplicar a los incursos en el procés, llegarían en su máximo grado a cinco años de cárcel, vamos, lo mismo que han pedido los fiscales este año, para quien manipule el cuentakilómetros de un vehículo con intención de venderlo con engaño, o para quien organice un fiestorro en su casa alterando gravemente la convivencia vecinal. Como se puede comprender, esto es  un dislate al que el ínclito Presidente (que tiene justificación para todo) ha querido validar basándose en su deseo de "armonizar la legislación española a la de los países de su entorno", lo cual es radicalmente falso.

Con esta medida, ERC y aledaños se frotan las manos y, como niños mal criados que tras los lloros ven cumplidas sus peticiones, se disponen a pedir otras nuevas como es la modificación de la Ley que persigue la malversación de caudales públicos. Organizar un levantamiento contra el Estado, financiarlo y no mostrar signos de arrepentimiento, tiene en este país premio. La factura la pagaremos entre todos los españoles, pues ya es sabido que a escote, nada resulta demasiado caro.

Únicamente baronía y media han tenido el valor de enfrentarse al déspota que desgobierna España, los demás barones socialistas guardan un prudente y cómplice silencio, no sea que el jefe se enfade. Desde Bali, el dueño de sus destinos veranea asistiendo en calidad de invitado a la cumbre del G-20, para después visitar Corea del Sur en donde su presencia cree imprescindible para la buena marcha del orden mundial, mientras algunos ministros de su Gobierno no se hablan y otros intentan arropar a Irene Montero tras sus desafortunadas declaraciones. Acusar a los jueces de falta de conocimientos y de machismo por aplicar de manera correcta la Ley demuestra la ignorancia de esta sujeto/a/e que intenta combatir la violencia de género. Ya saben, aquella de que  "Solo sí es sí".

Aprovechando el viento a favor, Interior acerca al País Vasco a seis presos de ETA, entre ellos, a los asesinos de López de la Calle y José María Lidón. Como en anteriores acercamientos, se trata de paliar el dolor de los criminales, obviando el de los familiares de las víctimas. A Marlaska, estas aproximaciones le parecen estupendas, aunque la suya al Congreso de los Diputados para explicar lo ocurrido en Melilla, le cause un poco de pereza, sobre todo ahora que Ángel Gabilondo, Defensor del Pueblo y compañero de Partido, haya contradicho sus declaraciones.

Que, económicamente, España va bien es un clamor  entre los miembros de este Gobierno fragmentado, lástima que nos hayamos enterado que la deuda pública ha superado la cifra récord de billón y medio de euros (un 11,6% del PIB) ¡Casi nada! Y lo peor está por venir, pues a medida que se acerque la fecha de las elecciones, lloverá dinero a sindicatos, emigrantes, asociaciones afines, etc. etc. Para entonces los tipos de interés estarán más altos y se habrán agotado las ayudas de Bruselas, pero eso poco le importará al flamante presidente de la Internacional Socialista que buscará acomodo en cualquier puesto del que vivir desahogadamente, como hasta ahora. Presumo que los españoles estaremos para entonces bastante peor que en la actualidad, que ya es decir, y hasta me atrevo a afirmar que incluso el fiel Tezanos engrosará las listas del paro.

 

 

 

 

jueves, 17 de noviembre de 2022

 

NOVIEMBRE

 

 

 

He pasado del estío al invernal canto,

de los azules a los grises,

del abrazo prolongado

a la frialdad de tu acerada mirada.

He conocido sueños diversos,

he roto en mil pedazos

nubes reflejadas en charcos de cristal,

he desandado el camino varias veces

en un intento vano

de encontrar la raíz de mi existencia,

ya marchita, herida de muerte

por la muerte misma que iba en la vida

sin saberlo...

 

En la encrucijada de las confesiones inmediatas

veo la luz, como un candil entre los árboles

arrulladores de hojas cantarinas

que se arrastran lastimosas por el suelo

y por el tiempo cruel que pide tu fin

que será mi fin, sin que el arroyo

desemboque en el caudaloso río

antes de alcanzar el mar de mis anhelos.

 

Sobre el sentir aprisionado de torpezas,

creo saberlo todo

sin haber probado casi nada.

Por eso, en la barca que ha de llevarme

a la orilla confusa, incomprendido,

pienso que ya tengo bastante

con lo vivido.

No pido otra vida más,

quizás no la merezco, al menos así pienso hoy,

herido por el frío del noviembre que agota mis latidos.

 

Fotografía de Santos Pintor Galán.

 

domingo, 13 de noviembre de 2022

 

LLASTRES

 

 

 

Sobre la roca vertical

nace, milagrosamente, el eucalipto

que envuelve de aromas, recuerdos de niñez,

el rulo y el blanco embarcadero

abierto a la mar inmensa.

 

Las olas dejan al descubierto

en bajamar, una fina arena

de la que emergen cantos rodados

deseosos de contemplar un Nacimiento de casas

que parecen sujetarse unas a otras hasta

conseguir alcanzar una altura impresionante.

 

A pie de mar, todo resulta sugerente

para que la imaginación vuele cual gaviota

sobre las empedradas calles en donde surgen escaleras,

accesos a hogares construidos con ensueños.

 

El sol se extasía contemplando el panorama

y la mañana vestida de azul radiante

se recrea gozosa en su propia belleza.

 

Sopla una ligera brisa

que inunda de frescor los pulmones

y te lanza pletórico de espíritu

hasta las altas cumbres desde donde observo

el encaje de casas bordando la bahía.

 

Con el pálpito del encuentro afortunado

abandono Llastres,

lentamente...

 

Fotografía del autor

domingo, 6 de noviembre de 2022

 

CARTA AL AMIGO INVISIBLE (XVII)

 

 

Querido amigo:

Nos adentramos en noviembre y parece que las temperaturas se van acomodando a lo esperado en esta época del año. Ya quisiera yo que la confrontación entre rusos y ucranianos alcanzara pronto la normalidad y la paz fuera el mejor regalo que recibiéramos todos estas Navidades. Por contra, el reguero de bombas y  de muertos no concluye y esto no parece tener fin ¡Están locos!

Tampoco en España debemos de estar muy cuerdos, cuando el CGPJ no se renueva, ahora porque al señorito Sánchez se le ha ocurrido una Ley de Sedición que, de aprobarse, va a permitir a los sediciosos catalanes que su reprobable conducta le salga con menor condena que la que a veces originan hinchas de fútbol enfrentados en una algarada callejera. Y mientras sus socios de gobierno esperan impacientes la medida, el generoso Presidente les va contentando, cada poco, con nuevas prebendas. Ayer mismo en el Congreso se aprobó La Ley del Deporte, esa que va a permitir el reconocimiento internacional de las selecciones autonómicas. Una forma como otra cualquiera de hacer trizas la unidad de España.

Locos están también, unos que se autodefinen como "activistas ambientales del cambio climático" y que se dedican a lanzar pintura sobre las joyas de arte que encierran los museos. Los últimos que mancharon el cuadro "La Joven de la Perla" han recibido como castigo por su travesura, dos meses de prisión. ¿Quiénes están más locos, los enfermizos pintores o los jueces que les han juzgado?

De vuelta a nuestra Patria, no sabría si calificar de locos o de algo peor a los artífices de los últimos casos de violencia intrafamiliar. Es raro el día en que un hombre no asesina a su pareja o expareja, o, más raramente, que una madre asesine a su hija para vengarse del padre de la criatura. Algo está fallando, sin duda, en esta sociedad que tiene una inversión de valores brutal. Y si no, que se lo pregunten al jefe del convoy que tuvo que detener el tren en Palencia para desalojar a un grupo de muchachos que perturbaban el orden y las reglas que deben de observarse en todo transporte colectivo. Aun así, algún padre de uno de los chavales tachaba de desproporcionada la medida.

No nos debe de extrañar que la anterior generación ya golpee a médicos o enfermeras si la receta no se expide a tiempo o no es de su agrado. Sería recomendable que el Gobierno invirtiera más dinero en educación, en vez de dar placer a sus seguidores desenterrando generales en la Basílica de la Macarena. A la Virgen, acusada de cobijar a franquistas, no pudieron exhumarla, porque según la creencia cristiana, está Asunta en los Cielos.

Vamos a ver si con un poco de suerte, se inaugura algún psiquiátrico y ponemos a esta gente a buen recaudo.

Abrazos, amigo invisible.

 

 

 

 

jueves, 3 de noviembre de 2022

 

HAIKUS DEL VEROÑO

 

 

Caen las hojas

sobre suelos dorados

de los jardines,

 

De madrugada,

ya escucho los zorzales

en mi ventana.

 

Espuma negra:

Triste cara del río

contaminado.

 

El sol se asoma

entre brumas de niebla.

¡Qué bendición!


Por san Andrés.

quizás la nieve cubra

más de dos pies.