EL PASTOR Y EL ÁNGEL
En la noche blanca, luna de plata,
mirando el cristal helado del río,
un pobre pastor, temblando de frío,
busca acomodo junto a una fogata.
¿Cómo puede ser—para sí relata—
que escuche el cantar de tanto gentío
quedándose el pueblo casi vacío
hoy que las casas se visten de nata?
No temas nada y vete deprisa,
—un ángel pronuncia desde la altura—
lleva el rebaño que temple la brisa,
sabes que la lana quita friura,
y así dormirá
con una sonrisa
Dios hecho Niño, y la Virgen pura.
¡Precioso!
ResponderEliminar¡Precioso!
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