ARACELI SAGÜILLO

En el Acto, junto al editor, Pablo Méndez, intervinieron
los prestigiosos literatos, Carlos Aganzo, y Jorge Tamargo. Ante el numeroso público
asistente, Araceli, tras agradecer los afectos recibidos, declamó, con
exquisito gusto, algunos de los poemas de los que consta su nuevo trabajo, que
es todo un compendio de versos maduros, directos y profundos.
Como he tenido la fortuna de leer anticipadamente
este poemario, extraigo de él unos versos que me han impactado y que confirman cuanto
acabo de exponer:
Seguimos caminando por un país
perdido
sabiendo que mañana se cerrarán los
balcones
y el brillo de la luna
habitará de golpe sueños y cielo.
Para seguir la vida hay que abrir ventanas,
hay que abrir balcones, donde el
viento se balancee
entre todas las
corrientes, entre las demás auroras.
Seguimos buscando la luz de los azoques,
esa luz brillantísima que en la
tierra no existe,
la luz que entre las nubes a veces
se divisa,
y envuelta entre los
árboles, nos sigue y acaricia.
Nos hemos acostumbrado a ignorar a las estrellas,
a los montes de la luna, a las
islas del ocaso...
Y hasta nos olvidamos que en la paz
redonda
de nuestra calle estrecha, sigue
creciendo la vida.
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