domingo, 19 de julio de 2015

PASAJES DE " CÉCILE, AMORÍOS Y MELANCOLÍAS..."  (17)

                                                                                                                 

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Pocos días después me presenté en casa de don Julián para que me diera su opinión sobre el angustioso tema existencial que me agobiaba. Apenas le hube saludado, y tras atravesar la nube de humo azulada que se desprendía de su puro, le pregunté de sopetón:
―Don Julián: ahora estoy locamente enamorado de Cécile. Sueño con sus inmensos ojos azules, su sonrisa y su andar grácil y seguro, pero, ¿cómo puedo saber si la seguiré amando cuando aparezcan las arrugas que acabarán con la tersura de su piel y cuando en sus ojos, carentes de brillo, se apague la mirada con la que sueño a cada instante? ―Mi profesor se quedó pensativo, quizás sorprendido por la ingenua originalidad de mi pregunta, y tras exhalar dos impresionantes bocanadas de humo, retiró el puro de la boca y me contestó, declamando en exquisito francés, estos versos de Ronsard:

Mignonne, allons voir si la rose
Qui ce matin avoit déclose
Sa robe de pourpre au Soleil,
A point perdu cette vesprée
Les plis de sa robe pourprée,
Et son teint au vôtre pareil.

Las! voyez comme en peu d´espace,
Mignonne, elle a dessus la place,
Las! las! ses beautés laissé choir!
O vraimente marâtre Nature,
Puisqu´une telle fleur ne dure
Que du matin jusques au soir!

―Eres un buen estudiante de francés y no habrás tenido ningún problema en traducir este bellísimo poema que acabo de recitarte: “Una rosa que muestra por la mañana sus pétalos color púrpura al Sol, en el corto espacio de tiempo de un día, pierde su hermosura, y al atardecer es tan sólo una flor de pétalos ajados”. ―Suspiró profundamente, como si sintiera él mismo la desilusión por la flor marchitada, y continuó diciendo―: La lozanía de la juventud se va perdiendo irremediablemente con el tiempo, pero el amor es inmaterial; radica en lo profundo del sentimiento humano, y sabiéndolo cuidar, en vez de mermar, se acrecienta. Al principio de una relación se ama a la otra persona porque la necesitas, y si verdaderamente estás enamorada de ella, después de que el reloj haya girado inexorablemente muchas veces, la continuarás amando porque te necesita.
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