PASAJES DE "CÉCILE. AMORÍOS Y MELANCOLÍAS......(11)
CAPÍTULO II
La Amistad
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A mi casa
solían venir muchas de ellas. Además de Cristina, era visita habitual una
chavala de buen temperamento, pero tan entrada en carnes, que cuando se pesaba
asustaba a la báscula, y que desde el comienzo del curso, pasaba por ser la
acompañante asidua de Margarita. En estos detalles, mi hermana se parecía cada
vez más a mi madre en lo referente a hacer obras de caridad. Era incapaz de
decir “no” cuando alguna compañera estaba desasistida de amigas, aunque ello
supusiera llevar un baúl andante a su lado. La chica en cuestión era Goyita
Marcuenda, hija de un alto cargo de la RENFE, casado en segundas nupcias con
doña Engracia Tejada, mucho más joven que él y cuya obsesión era que su hija
encontrara novio a toda costa, aunque para ello tuviera que comprarla ropa y
abalorios hasta despilfarrar el complemento que su marido recibía haciendo
horas extras en la estación.
Aún sin
decirlo, se percibía una rivalidad latente entre los señores de Marcuenda: don
Servando y doña Engracia, padres de Goyita, y mis padres, por ver cuál de sus
hijas, iba más elegantemente vestida. Goyita era una jovencita de cara
agradable, aunque un poco aniñada, que había arribado a Valladolid-Campo
Grande, procedente de Orense, como diría su padre, debido a un traslado de su
progenitor. Hija única, sobreprotegida en grado sumo por sus padres y
consumidora impenitente de dulces y chocolatinas, que le daban el aspecto de
una manzana almibarada de feria, ponía en difícil situación a dependientas y
modistas cuando salía de compras en compañía de su madre. Doña Engracia se
esforzaba en que los trajes con que la vestía fueran lo suficientemente
vaporosos para intentar disimular sus formas: misión complicada dado el volumen
de la muchacha. La joven no podía ocultar cierta admiración por mi hermana
cuando, paseando, observaba que el esbelto talle de Margarita atraía todas las
miradas masculinas, sin que ninguna fuera a detenerse en su persona, a no ser
para mofarse del enorme lazo con que intentaba disimular su cintura.
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