DESTELLOS DE PASIÓN
De repente, un resplandor iluminó mi figura,
elevando su temperatura, cuando percibí en la distancia sus deslumbrantes
destellos mientras, lentamente, se me aproximaba. El fenómeno estremeció mi
cuerpo, que quedó paralizado, mientras las sienes acusaban el golpeteo de
una taquicardia brutal. Traté de
recuperarme pellizcándome, para asegurarme de que no se trataba de un fenómeno
paranormal. Pero no: a medida que el manantial luminoso avanzaba, se iba
dividiendo en dos luminarias de intensidad creciente de color verde-azulado que, al pasar junto a mí,
secaron mi garganta, convulsionándome por falta de oxígeno. Afortunadamente, la
luz, delicadamente perfumada, se cruzó conmigo, alejándose, sin ocasionarme
daño alguno, si bien dejó impresa en mi corazón una huella imborrable y el
incipiente deseo de acompañarla en su camino.
Repuesto de la impresión, recobrado el pulso, me
propuse averiguar el nombre de aquella
mujer de ojos deslumbrantes.
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