GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ (
6-III-1927, 17-IV-2014)
Mañana se cumple un año del fallecimiento de Gabriel
García Márquez.A este escritor genial, creador de un estilo propio en la
narrativa contemporánea, quiero rendirle con mis versos, un sencillo homenaje
GABO
en vitrinas de abanicos,
sin
manos que agiten el aire
difusor
de la palabra aún no escrita.
Lucía el sol de abril, pero se disfrazó
de
luna y de tiniebla.
Por
el balcón se escuchaban
arrullos
de palomas
entre
el confuso gentío,
alicortado
el afán, en la mañana.
Erase
una vez un corazón
perdidamente
enamorado
de
la brisa que besaba guayaberas;
cantaban
para él las sirenas varadas
en
la tierra firme del deseo.
No
había aún bebido
la
copa envenenada que sirve,
sin
prisas, el tiempo,
cuando
ascendía por las ramas la imaginación
hecha
savia en el tronco,
espuma
rebosante en las flores
del
huerto de Aracataca.
Prosa
escrita, largo verso,
años
de soledad, quizás, un ciento,
ocuparon
la eternidad,
en
un momento.
Surgieron
por doquier, las flores amarillas
de
Gabriel García Márquez, muerto.
Se
fue el bigote blanco del pensamiento
dejando
en su huída
la
flor y el viento.
Crueldad
de la vida, dice un hambriento:
sin
realismo mágico,
todo
es desierto.
No
habrá quien desplace tu cuerpo yerto,
sólo
las cenizas,
que
mueve el viento.
Tal
vez un abanico en la vitrina, abierto,
se
rompió desparramando
fragancias,
que eran sueños.
En
Macondo le lloran:
la
flor quebrada, el huerto seco,
mientras
una sonrisa se lleva
el
cólera hecho amor
y
el amor roto en cólera
por
los recuerdos.
Estático
en la vitrina,
hay
una abanico abierto.
¡Quién
pudiera romper el cristal!
Aires de un ciclón gritad:
¡El
Coronel, no ha muerto!
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