EL CABALLERO DE VILLAMANRIQUE (1ª Parte)
Al recordar las
hazañas
del señor de este
Cantar
quiere mi pluma
contar
la vida y hechos
del hombre
que alcanzó fama y
renombre
por soldado y por
juglar.
Nació Jorge en
noble cuna
revestida de
brocados,
más ¡ay!, que
fueron los hados
los que de cruel
manera
pronto hicieron que
perdiera
junto a su madre,
cuidados.
Don Gómez, su tío
fue
el espejo en que
veía
cómo un poema
surgía
si gozas de
inspiración.
Y aprendiendo la
lección,
se hizo un experto
en poesía.
Alternando desde
joven
el manejo de la
espada
con la belleza
encerrada
en el lirismo del
verso,
hizo girar su
universo
entre pelea y
trovada.
En su padre, don
Rodrigo,
halló el ejemplo a
seguir
para después
conseguir
ser tan honrado y
honesto
que siempre estuvo
dispuesto
al injusto
combatir.
Por Isabel de
Castilla
batalló con tanto
celo
que no escuchó de
él el cielo,
ni lamentos, ni una
queja,
hasta que la
Beltraneja
tiñera de negro el
velo.
Con la bella
Guiomar,
casó pronto, la
razón:
asedios del
corazón.
Otro asedio
mantenía,
por la noche y por
el día:
¡Castillo de
Montizón!
“Ni miento ni me
arrepiento”
fueron su lema y
divisa,
la aplicaba de tal
guisa
si apresaba al
sarraceno,
que ofrecía, al ser
tan bueno,
por su conversión,
la Misa.
Con su padre muy
enfermo
sintió el agudo
dolor
de contemplar con
pavor
el fugaz paso del
tiempo
superando el
contratiempo
con paciencia y
mucho amor.
(Continuará)
Fotografía: Castillo de Montizón
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