EMBRUJO PARISINO
La
belleza envidiaba su melena
hecha
rizos, cascadas en la espalda,
brillantes
azabaches que en la falda
contrastaban
con el azul del Sena.
Al
mirarla dije: ¡Enhorabuena!
Por
fin he encontrado la guirnalda
Que,
de tener los ojos esmeralda,
harían
de mis sueños dicha plena.
Advertí
que su vista me seguía
allí
donde estuviera, controlaba
cada
paso que daba ¡qué sería
aquella
fijación que enamoraba!
Un
anuncio del Lido sugería
por ir a verla. ¡Cuánto me costaba!
Precioso soneto. Aunque el formato del blog no permite apreciar la disposición de los versos y las estrofas, la cadencia y la rima son impecables. Muchas felicidades al poeta de Valladolid.
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo. Te recomiendo que leas el soneto en la pantalla de un ordenador. A mí me pasa lo que a ti, cuando lo veo en mi móvil, los versos se montan. Te deseo que pases una buena noche. Abrazos.
EliminarS.D.Carlos Malillos Rodríguez. Es usted la Excelencia de la lectura cálida, por la perfección.
EliminarDulce,Ensisadora,& ATRACATIVA^ de
Emociones..Gracias