domingo, 10 de agosto de 2025

 

SOL DE AGOSTO

 

Este sol que reverbera

sobre la mies segada,

posee, pese a su increíble fuerza,

síntomas de cierta decadencia.

 

Como el primer amor, apenas nacido,

rasga el aire con gemidos eternos,

consciente, de que la apariencia

vigorosa y profunda del sentimiento,

está  a merced del destino y, como el pino,

del imprevisible rayo.

 

Intuye que el olor a ozono,

puede borrar en un momento

el aroma penetrante del feliz encuentro.

 

Salta como corzo en la floresta

el amor consolidado

y, a su vez, titubeando, vacila,

porque la vida muda a cada instante

y está seguro que tras el bochorno,

ha de llegar el frío invernal

que puede congelarlo todo.

 

Dura verdad que el gemido de placer

anuncie muerte y que la agobiante realidad

que te sofoca cuando el calor te invade,

amarillee hoy, lo que ayer fuera verde primavera.

 

Antes de que el arado ennegrezca el rastrojo,

goza vida, abrazando la ilusión primigenia,

disfruta con pasión, cual última vez,

del calor agobiante de este tórrido verano.

 

 

 

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