FÁBULA DEL POTRO ESFORZADO
Después de venir al mundo, nuestro potrillo tardó un
tiempo en tomar conciencia de que la vida no le iba a regalar nada. Contó desde
un principio con el alimento y los consejos maternos, aunque no comprendía muy
bien por qué, antes de cada "toma",
su madre le obligaba a correr tras ella si quería obtener el premio del
alimento. Tampoco llegaba a descubrir la razón por la que el hocico materno le
molestaba, incitándole a ponerse de pie y a abreviar la siesta, para seguir
correteando en la inmensa llanura en donde pacía junto con cientos de sus
congéneres.
A los pocos días de que un hermoso alazán enamorara
a su madre, notó menguar la cantidad de leche y supo el esfuerzo que suponía
buscar el alimento y lo costoso que resultaba digerir la celulosa. Pero lo más
triste estaba aún por venir... Ocurrió una mañana en que fue bruscamente
separado de su madre y llevado, junto con otros potros de edad similar a la
suya, a otra zona de la finca alejada del lugar en que nació.
Allí la alimentación era abundante y cada quien
podía a hacer lo que le apeteciera. Unos pasaban el tiempo comiendo y
descansando, otros corrían todo el rato de aquí para allá, fortaleciendo sus
músculos, a la par que, con cabriolas de dificultad creciente, intentaban estar
siempre en forma. Nuestro potrillo dudaba, sin saber a qué grupo imitar.
La respuesta la obtuvo cuando comprobó que aquellos
que se esforzaban en correr eran domesticados y entrenados por unos jinetes
elegantemente vestidos de jockey, en tanto que a los perezosos, de mayor peso,
los introducían en un camión y nunca volvía a saber de ellos.
Fue entonces cuando comprendió y agradeció los
esfuerzos maternos por conseguir que él fuera de mayor un caballo de carreras,
y desde ese momento se entrenaba cuanto podía. Pasado un tiempo, resopló con
gozo cuando vio alejarse el camión con algunos de sus compañeros, mientras él
era elegido para competir en un hipódromo.
MORALEJA. El esfuerzo siempre tiene recompensa
Ilustraciones de Manuel Malillos Rodríguez.
👋👋👋👋
ResponderEliminarNo veo nada, Ángel. Inténtalo de nuevo. Saludos.
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