PRESENTACIÓN DE "LAS LAMENTACIONES DE MI PRIMO JEREMÍAS".
Es un hecho prácticamente aceptado por todos, que el tiempo
discurre con una celeridad sorprendente. Parece que fue ayer, y hace ya dos años; concretamente, el 15 de Junio de 2012, cuando tuvo lugar en la librería Oletvm de
Valladolid, la presentación de mi primera novela. Ni que decir tiene, que fue
un día esperado por mí, en el que no faltaron los inevitables nervios del
principiante, ni la preocupación para
que todo estuviera a punto en el momento oportuno. Afortunadamente, puedo decir, sin ninguna
vanagloria, que la presentación fue un éxito, tanto de público como de crítica.
La familia y los amigos estuvieron presentes en el acto que se vio enriquecido
¡y de qué manera! con la presencia de mi editor, Don Ángel María González y de
D. Joaquín Díaz, Catedrático de Estudios de la Tradición de la Universidad de
Valladolid, el cual dedicó unas muy elogiosas palabras hacia la novela y hacia su
autor, que agradeceré mientras viva. En próximas entradas de este blog, haré
público tan inmerecido panegírico.
La reseña de aquellos
momentos felizmente vividos y rematados con la firma de ejemplares, tuvo su
oportuna reseña en el blog de la editorial, que a continuación transcribo:
La novela, escrita en un castellano sencillo y rotundo, narra las
inolvidables vivencias de un adolescente vallisoletano durante el verano de
1952 en un pueblo de Zamora.
Con un ritmo ameno y un lenguaje lleno de humor y ternura, el libro nos
acerca a un período de nuestra historia, el de nuestros padres, que se verán
reflejados en los conflictos que viven los personajes: sus primeros amores, el
choque generacional, los desacuerdos entre padres e hijos, el choque entre las
clases altas y las bajas, y sobre todo, la supervivencia en unos años
difíciles.
La novela despliega todo un retablo de personajes, y describe de forma
magistral el mundo rural de la posguerra, con sus estratos sociales y la lucha
por escapar de la pobreza.
El realismo y viveza de la narración engancha desde la primera página, y
cuando cerramos el libro tenemos la impresión de haber vivido realmente todo un
verano con Álvaro, el protagonista, un “chico bien” de ciudad, hijo de un
notario; y con Jeremías, un muchacho de pueblo, pobre y desaliñado, que sueña
con tener algún día una vida más digna… Memorable.
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