domingo, 13 de marzo de 2016

HISTORIA DE UN CANALLA

Estoy convencido: la sexta novela de Julia Navarro, será un completo éxito de ventas. El nombre de la autora y la campaña de marketing con que las grandes editoriales lanzan sus novedades, hacen que un tomo voluminoso, sea, casi siempre, el socorrido obsequio al que recurre gente poco experta en temas literarios, para homenajear a familiares o amigos cumpleañeros.

El argumento se basa en la narración en primera persona, de la historia de un hombre sin escrúpulos, Thomas Spencer, el cual, aquejado de una grave dolencia, que le advierte de su próximo su final, revisa su nefasta actuación como magnate de la comunicación, en el entramado político y financiero de Nueva York. Para llegar a la desahogada situación económica de la que goza, nuestro protagonista no ha dudado en recurrir a los más bajos y deleznables recursos, imprescindibles para alimentar su enfermiza obsesión por  el triunfo. ¿Qué hubiera ocurrido si en determinadas circunstancias, su forma de proceder no hubiese sido la misma?—Se pregunta Spencer— y la respuesta, contra la lógica que cabria esperar de un hombre abocado a dejar este mundo, es una falta de arrepentimiento total y una autojustificacion  de su conducta pasada.

La autora desarrolla en la acción de la novela dos temas de rabiosa actualidad: la interconexión  de intereses corruptos existentes entre el mundo de la comunicación y de la política, y el maltrato físico y psicológico hacia las mujeres. Quizás haya pretendido con tales argumentos, obtener el interés lector y el éxito de la  publicación. Ambos temas son tratados de forma extensa, aunque un tanto reiterada. Y es que, 864 páginas, son muchas páginas en las que, por muy malo que sea el personaje central, no hay más remedio que repetir canalladas e introducir personajes femeninos que poco aportan al mensaje que se quiere hacer llegar a los lectores, como no sea el distinto comportamiento con las que cada una de ellas, responde a este ser misógino, egocéntrico y nada escrupuloso.
El hecho de que la autora haya querido introducirse en la piel de un personaje masculino, hace que, en ocasiones, el relato carezca de la credibilidad necesaria, pues es sabido que mujeres y hombres respondemos a esquemas psicológicos diferentes. Por otra parte, al estar escrito en primera persona, la autora incurre en el error de suponer que el malvado Spencer, es capaz de saber lo que otros 
personajes están pensando.

En definitiva, una novela que gustará a los seguidores de Julia Navarro, que ha demostrado ser una experta narradora, pero que se le caerá de las manos a más de uno, harto de leer, varias veces repetidas, las repugnantes villanías de este grandísimo canalla.


2 comentarios:

  1. 864 páginas son muchas páginas para mantener al lector en la intriga permanente y en la necesidad constante de seguir leyendo. Ciertamente es bastante difícil. Pocos autores pueden lograrlo. Gracias Carlos por tu criterio personal.

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  2. Coincido en todo con tu opinión. Gracias, Areños.

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