LA REFORMA
Crónicas de mi Periódico 10 de septiembre de 2017
LOS EFECTOS DEL
ALCOHOL
Tristemente, he tenido la oportunidad de convertirme
en un improvisado reportero gráfico que ha podido captar las marcas que indican
el recorrido efectuado por un vehículo conducido por un conductor ebrio que en
la madrugada del pasado domingo, día 3, atropelló en Santa Pola (Alicante) a tres jóvenes,
segando la vida de uno de ellos de tan sólo 17 años de edad. Sus familiares y
amigos no dejan de llorar su pérdida y en el lugar en el que tuvo lugar el
accidente han elevado un improvisado altar con objetos personales y flores que
recordarán, durante algún tiempo, a este joven deportista.
El tiempo, que casi todo lo borra, se encargará de
ir apaciguando la rabia que ha producido este hecho en la villa marinera; no
así para sus padres que lamentarán de por vida, como su proyecto de futuro más
hermoso se ha frustrado por la acción de un irresponsable.
Desgraciadamente, este accidente no es un hecho
puntual. Casi a diario, las noticias que dan cuenta de accidentes de
circulación que terminan con víctimas mortales ocasionados por conductores que
conducen bajo los efectos del alcohol o las drogas, suele ser habitual.
El consumo de estas sustancias entre la juventud es,
actualmente, precoz y preocupante. Parece que no hubiera otro medio de
divertirse que no fuera acudir a estas sustancias. No puedo ocultar mi
desagrado cuando observo a jóvenes dirigiéndose a lugares previamente
concertados, con sus bolsas repletas de botellas. Resulta fácil advertir, que
algunos, son menores de edad.
Las consecuencias de estos comportamientos suponen,
a corto plazo, el ingreso en el Servicio de Urgencias, de varios de estos
incontrolados bebedores, con el consiguiente perjuicio para los que, sin
buscarlo, deben de ser atendidos de sus dolencias. Después, la cartilla
sanitaria de sus padres cubre, sin coste alguno, la atención que se les ha
dispensado.
A largo plazo, los efectos son más perniciosos. Las
enfermedades hepáticas y una amplia gama de psíquicas, hacen de estos
individuos, seres muy pocos aptos para desempeñar cualquier tipo de trabajo, en
una sociedad cada vez más competitiva. Su fracaso personal, es una rémora que
les acompañará de por vida.
La solución de este grave problema no es fácil, pero
parece evidente que la información desde edades tempranas en el propio hogar y
en el centro en el que estudian, puede hacer que los futuros conductores sean
conocedores de las graves consecuencias que conlleva conducir bajo el efecto de
sustancias nocivas.
Muertes como las de este joven santapolero, no
deberían repetirse.
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