jueves, 7 de julio de 2022

 

LA HUELLA DE TU ROSTRO

 

 

 

Se reclina en mi hombro la huella de tu rostro

como un tibio sentir acurrucado,

vago sostén para la vencida figura de un soñador de sombras.

 

Me duelen las cuencas de los ojos

y un lastimero pesar inunda desde el ser profundo

a las alturas, este efímero edificio material

que aún se mantiene combatiendo la amenaza

del derrumbe inminente.

 

Sin lágrimas que aportar al manantial desengañado,

sin rencor aparente en la mirada imprecisa,

mascullando desdichas de soledades,

el calor del hombro herido suplica

a los vientos consuelo y a lo desconocido una llamada.

 

Cegada la conciencia en el momento cumbre,

pago con creces el error con agudos temblores.

 

Sé que eres tú,  cuando resurge ante mí tu figura

en una extraña forma de sueño sugerente:

una dulce estela de amor pasa a mi lado

y no se detiene. Vuelve sus ojos enigmáticos,

 me mira y prosigue su camino

dejando en mi interior

el alma traspasada.

 

Al despertar, siento en el hombro,

la tibia sensación de tu rostro acurrucado,

la felicidad lejana y un sentimiento de culpa,

pesada cadena que me hace prisionero

del suplicio eterno.

 

 

Fotografía de Carlos Mijares Santamarta (†)

 

 

 

 

 

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias, amigo/a. Tu comentario es muy halagador. Te deseo una noche de felices sueños.Abrazos.

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  2. felixgarcia47@hotmail.com10 de julio de 2022, 0:39

    Bello poema, Carlos. Gracias y un abrazo

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    1. Muchas gracias, amigo Félix. Te envío un fuerte abrazo y te deseo una noche tranquila con un agradable despertar. Abrazos.

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