PASAJES DE "LAS LAMENTACIONES DE MI PRIMO JEREMÍAS· (96)
CAPÍTULO VII
Se acerca la Fiesta
.....................
―¿Ve usted cerca del
Ayuntamiento a Fernanda,
―¡Cómo eres, Petra! Es lógico
que un día como hoy, la gente se ponga guapa ―dijo mi madre, incombustible
defensora de lo indefendible.
Varios sonidos de claxon
interrumpieron los comentarios de Petra, anunciando la llegada del coche de
línea procedente de Zamora. Entró en
A medida que descendían los
pasajeros, las exclamaciones, los abrazos y los besos se sucedían entre los
recién llegados y quienes les esperaban, taponando la salida de los más
rezagados, hasta que el conductor no tuvo más remedio que elevar la voz por
encima de la algarabía vociferando:
―¡Por favor, señores, apártense
del vehículo! Vamos a ver si bajan todos, descargo el equipaje y puedo
continuar viaje.
Acto seguido, yendo a la
trasera del autocar, desplegó la escalerilla, subió a la baca y fue dando
maletas y bultos a los que, mano en alto, decían ser
sus dueños. Sin terminar el reparto, por el otro extremo de
―¡Qué suerte tenemos en este
pueblo con eso de estar a medio camino entre Zamora y Salamanca! ―dijo Petra,
abrigando al abuelo―. Así, cuando se cruzan los coches, en un momento se pueden
fisgar las andanzas de todo el personal.
.................................................
No hay comentarios:
Publicar un comentario