jueves, 15 de febrero de 2024

 

ENCRUCIJADA

 

No he llegado al punto de destino

y, sin embargo, se abren ante mí encrucijadas,

líneas que parten de un mismo centro,

de un mismo látigo

que se ondula y hace silbar el viento.

 

En mi mochila llevo todos los desengaños,

una brizna de esperanza

que dejaste como pago de lo amado

y un cansancio eterno del camino recorrido.

 

Lo que soñé, herido está de muerte.

 

¡Qué distante queda la lozanía!

¡La frescura! ¡El amor correspondido!

Bullen en la olla del recuerdo

fantasías, deseos y placeres consumados,

golpeando las sienes sin descanso.

 

En el atardecer, he de tomar un camino,

para llevarme, quizás, al último destino,

pero la niebla lo envuelve todo

hasta el punto de no divisar la frontera

entre cielo y tierra.

 

Al fin y al cabo, confieso sincero,

que nunca distinguí bien los límites

entre lo humano y lo divino.

 

Pisaba en la tierra nubes y por ti

bajaba estrellas; las mismas

que me dirán el camino a seguir

cuando me falten las fuerzas.

Las mismas que me velarán

cuando yazca vencido

a la orilla del camino por el que no has de pasar.

 

Fotografía de Santos Pintor Galán.

 

 

 

4 comentarios:

  1. Precioso y sentido poema.

    ResponderEliminar
  2. Precioso sentido poetico,me a gustado mucho.Begoña

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Agradecido por tu comentario, Begoña, te deseo un feliz fin de semana y te envío un fuerte abrazo.

      Eliminar