LA VIDA DE MAGÍN PUERRO
-X-
De
esta guisa se pasaban
los
días en el mesón,
yo
sin abrir el melón
de
mi fingido romance
y
Julia, en ese trance
de
ligar con un varón.
Por
las noches repasaba
las
recetas anotadas
para
que fueran contadas
las
ocasiones fallidas
en
que las salsas fluidas
se
me quedaran chingadas.
El
negocio florecía
a
medida que las gentes
de
pueblos muy diferentes
venían
a degustar
nuestros
platos, un manjar
que
hacía nuevos clientes.
El
dueño, muy avispado
viendo
crecer los dineros
pensó
en asar más corderos
aumentando
la plantilla
y
nos trajo una chiquilla
con
dos ojos cual luceros.
En
una cocina estrecha
es
muy fácil tropezarse
y
más fácil desviarse
cometiendo
el desatino
de
la boca, que, con tino,
quiere
con otra besarse.
Me gustó
ResponderEliminarEmpezar la mañana y leer este comentario, me produce una gran satisfacción. Gracias y saludos.
EliminarLo que se avecina será tremendo, genial
ResponderEliminarYo también me temo alguna que otra tormenta sentimental, pero Magín es imprevisible. Gracias por comentar. Saludos.
EliminarLo más bello de una lectura es intuir si final sin ser desvelado y esPetanfo que ocurra. Enhorabuena por esta propuesta
ResponderEliminarEn ocasiones, las cosas no suceden como uno intuye. Recuerda las novelas de Agatha Christie o las películas de Alfred Hitchcook, pero puede que no estés descaminado/a. Gracias y saludos en una tarde que te deseo feliz.
Eliminar