domingo, 19 de enero de 2020


CONVERSACIONES CON ÓSCAR (XV)








Ir al cine a visionar una película dirigida por Martin Scorsese en la que los principales papeles están reservados a actores como Robert De Niro (Frank Sheeran), Al Pacino (Jimmy Hoffa), Joe Pesci (Russel Bufalino) y Harvey Keitel (Angelo Bruno), entre otros, es un excelente aval para presagiar que la cinta no nos va a defraudar.

Aunque la obra dura tres horas y media, es tal el interés que suscita para quienes gustamos del cine bien hecho que, pese a que el metraje podría quizás acortarse un poco, la habilidad de Scorsese para conducir la acción y la excelente interpretación de los actores, hacen que este aspecto pueda ser considerado, incluso, como un factor positivo.

La historia está filmada desde la óptica de un decrépito mafioso (Frank Sheeran, "El irlandés") que relata las tres últimas décadas de su vida, desde la amargura de saberse autor de múltiples asesinatos sin que los sentimientos de arrepentimiento acudan a él en los momentos previos al desenlace fatal, que sospecha, no tardará en llegarle. Frank es un veterano de la Segunda Gran Guerra, posteriormente camionero, que se enrola como sicario en la mafia de Filadelfia, dirigida por Jimmy Hoffa, líder del sindicato de camioneros que desapareció de forma misteriosa en 1975 y del que, hasta el momento, nada se sabe sobre su paradero.

La narración de las tropelías cometidas durante los años 50, 60 y 70 del siglo pasado y las conexiones con el crimen organizado y con las corrientes políticas del momento, constituyen  el hilo conductor de unos hechos que podrían constituir una miniserie.

El ritmo que imprime Scorsese a esta narración es mucho más pausado que el que se aprecia en filmes anteriores Como "Casino"," Los infiltrados" o "Pandillas de Nueva York", quizás para que el excepcional trío de protagonistas, se luzca con interpretaciones deslumbrantes, poniendo de relieve no solo el lado enormemente violento de sus vidas, sino también sus traumas y sus miedos, lo que reviste a la cinta de un tono intimista en el que el espectador llega a empatizar y compadecerse de la vergonzante crueldad de estos asesinos reducidos a la penosa situación humana a la que les conduce el inexorable paso de los años.

A destacar el maquillaje, que resulta sorprendente, al mostrar el devenir del tiempo en las facciones de los protagonistas, dotándoles del aspecto adecuado a cada época, lo que da continuidad y realismo a la acción. Otro tanto podría decirse del vestuario, muy conforme  a la moda de cada momento. Igualmente, resultan adecuados los temas musicales empleados que ponen una acertada nota de tristeza al oscuro mundo del hampa.

Por todo lo dicho, creo que "El irlandés" es una gran película  con unos protagonistas que demuestran en grado sumo su saber interpretativo y con un director que mueve la trama con destreza y oficio y que hace que algunos de ellos y la propia película, puedan ser considerados como serios aspirantes a la obtención de los Premios Oscar. Sería lo justo para lo que considero como una obra maestra del Séptimo Arte.

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