domingo, 23 de febrero de 2020


EL CARNAVAL DE RAIMUNDO


Oculto tras la careta
te observo, Julieta mía,
es cierto que es una treta
en esta noche tan fría.

Me imagino que conoces
quién te fisga y quién te mira,
soy al que diste dos voces
por decirte que te admira.

Ya sé que no tengo dotes
de donjuán ni de hablador
pero a otros, siendo zotes,
les escuchas con ardor.

La cojera disimulo
y el oído no me rige
aunque al hablar no modulo,
todos dicen, se corrige.

Con mi disfraz de Almirante
seré pronto la atracción
de esta mujer tan distante
que no aprecia mi tirón.

Voy a decirle al momento
que soy yo, pues no me ha visto,
no quiero que lo que siento
me lo camufle el modisto.

—¡Julieta! soy yo, Raimundo,
que en noche de Carnaval
te vengo a ofrecer el mundo
porque no encuentro rival.

Raimundo no bebas tanto
ni me pidas relaciones
yo por ti no me decanto
marinero de salones.
Hoy solo quiero bailar
gozando los carnavales
y por la mañana hallar
hombres de amor eternales.

Como suele suceder
en materia de amoríos,
la presunción es creer
ser océanos y no ríos.

Y así termina la historia
de un amante obsesionado
con buscar amor y gloria
de Almirante disfrazado.

Fotograma de la película "La hija de Ryan"


No hay comentarios:

Publicar un comentario