jueves, 4 de marzo de 2021

 

LA REFORMA

Crónicas de mi Periódico                    4 de febrero de 2021

 IMPOSIBLE ESTAR CALLADO

 

                       

 

 

No ha podido empezar peor el mes de marzo. Las cifras del paro han superado los cuatro millones de compatriotas que se encuentran, mano sobre mano, esperando que la vacunación surta efecto y puedan encontrar trabajo. Claro, que además de ellos, hay un millón más de personas acogidas a un ERTE, que vaya usted a saber qué suerte correrán cuando se acabe la prestación. El Gobierno, que encuentra explicación para cualquier tipo de coyuntura desfavorable, dice que todo es consecuencia de las medidas restrictivas por culpa de la COVID. Pero el caso es que la tasa de desempleo ha subido casi el triple que en Europa, afectada, como nosotros, por la misma maldita pandemia.

Como la situación sanitaria mejora día a día, ya se están planificando medidas llamadas de desescalada, cuando únicamente el 2,5% de la población ha recibido las dos dosis de la vacuna. Con los locales de restauración abiertos, así como Centros Comerciales, Gimnasios, etc., no hace falta tener una previsión de futuro tan aguda como la de Fernando Simón, para vaticinar que sin haber completado la tercera ola, dentro de poco tiempo, podemos enfrentarnos a una cuarta. Eso sí, con desigual fortuna, pues es bien sabido que cada Autonomía sigue el criterio que cree más oportuno, en esta nuestra España del desgobierno.

Por si no tuviéramos bastantes individuos insolidarios que organizan fiestas clandestinas cuándo y cómo les apetece, la ínclita Victoria Abril quiere iluminar el ocaso de su carrera como actriz haciendo declaraciones en contra del uso de la mascarilla. Lo peor, no es que haya un minúsculo grupo de artistas tan ignorantes como ella que la secunden, sino que sea la protagonista en los Premios Feroz y la permitan recoger el galardón y leer un manuscrito sin que la buena señora cubra su boca con la prenda que a los demás mortales nos obligan a llevar bajo pena de sanción.

Para demostrar que aquí hacemos todos los que nos da la gana, pese a la advertencia de que en la situación actual no es aconsejable manifestarse el 8-M, varios grupos feministas ya han declarado su intención de hacerlo. Lo grave del caso es que a la cabeza de estos grupos de insensatas se encuentra la jueza Rosell que es, ni más ni menos, la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género y que ha manifestado que "el feminismo activista es soberano" y no admite" ni media lección después de que las mujeres han estado sosteniendo la vida y la salud en la pandemia". ¡Toma ya! Después de escuchar a esta señora, lo menos que se puede hacer es condecorarla con la Gran Cruz de Agustina de Aragón, por ser la mujer que mejor sabe difundir, además del virus, los corajudos valores  de toda hembra hispánica que se precie.  

No menos deprimente es la situación de caos y de revuelta nocturna que azota a varias ciudades, principalmente Barcelona, a causa de un antisistema que dice ser rapero. El motivo es lo de menos. Los okupas han sido tan bien acogidos por mamá Colau que el "efecto llamada" está produciendo sus frutos y ya se unen a las protestas, jóvenes indeseables venidos de países limítrofes. El descrédito de la ciudad va en aumento y las pérdidas económicas que estos bárbaros están ocasionando, incalculables, aunque la CUP en un ejercicio de hipocresía de difícil justificación culpe a los mossos de utilizar la fuerza de manera desproporcionada.

En Madrid, Podemos se niega a condenar la violencia que es tanto como aplaudirla. Sánchez se pone de perfil y se limita a condenar estos hechos cuando lo coherente sería deshacerse de un mal compañero de viaje, pero ya sabemos que el Presidente duerme con la calculadora bajo el colchón y se contenta con que cada mañana la suma de escaños sean suficientes para seguir en el cargo. ¡Ah, el poder!

Hay otros muchos acontecimientos ( la reforma del CGPJ, el informe del Consejo de Estado sobre la eliminación de "controles" en el reparto de fondos europeos, etc. etc...) que podrían ensombrecer más este día, pero por hoy ya es suficiente. Debo controlar la tensión y no bajar las defensas porque sigo sin noticias de la ansiada vacuna. ¡Ay, Simón, Simón...!

 

 

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