CARTA AL AMIGO INVISIBLE (VI)
Querido amigo:
Desde mi última carta, han sucedido en España unos
hechos que nos han entristecido sobremanera. Dos niñas, Olivia y Anna, fueron
raptadas por su propio padre como venganza contra su pareja y madre de las
pequeñas, de la que se encontraba separado. Durante unos días se especuló con
la posibilidad de que se encontrarían huidos en algún lugar desconocido, hasta
que el buque oceanográfico Ángeles Alvariño, siguiendo las pistas que
proporcionara la Guardia Civil, localizó en alta mar el cadáver de la mayor y
prosigue en la búsqueda de los cuerpos de la pequeña y de su padre.
La amplia difusión dada a la noticia, videos
incluidos, con los que se pretendía encontrar a las pequeñas, han hecho, que ante
el triste desenlace, se produjera un mayoritario sentimiento de rabia y
conmoción. ¿Puede haber mentes tan retorcidas capaces de producir la muerte a
sus propios hijos por venganza hacia su pareja? Este es un enigma para el que
no encuentro una explicación medianamente razonable.
Irene Montero, tan atenta ella a todo acontecimiento
del que pueda sacar un rédito político, ha proclamado a los cuatro vientos que:
"Hoy más que nunca, es necesaria la existencia de una justicia
feminista" y se ha que dado tan pancha. La cruda realidad ha propiciado que al día siguiente se produjera
en Barcelona otro hecho de violencia vicaria. En este caso, una mujer asesinaba
a su hija Yaiza de cuatro años, por venganza hacia su exmarido, dejando una
nota similar a la del caso anteriormente citado: "No la volverás a
ver". La ministra, que debe serlo de Desigualdad ha guardado un
injustificado silencio y los medios afines al Gobierno, apenas han hecho
referencia a este hecho. Señora Ministra: La justicia no debe ser feminista ni
machista, debe de ser imparcial y castigar con extrema dureza a quienes
comenten estos actos criminales, ya sean de un sexo u otro.
Estoy hablando de aplicar justicia y no puedo pasar por alto la que se montó con la
Proclamación de la República Catalana, la detención de los implicados, el
Juicio del Procés, las consiguientes condenas por delitos de Sedición, entre
otros, y el inmediato ingreso en prisión de los causantes de tan grave atentado
contra el Estado. ¿De qué ha servido todo esto? Al parecer de nada. El
desnortado Sánchez a cambio de mantenerse en el poder, parece decidido a
conceder el indulto, ignorando la opinión de la inmensa mayoría de los
españoles, del dictamen del Tribunal Supremo y hasta de lo que él mismo había
afirmado anteriormente en más de diez ocasiones. Esto último no sorprende a
nadie que siga la trayectoria de este hombre, capaz de decir una cosa y la
contraria con un mínimo intervalo de tiempo. Los madrileños, en representación
de una infinidad de españoles, se manifestaron
de forma masiva el pasado sábado, en repulsa por esta calamitosa
actuación del Ejecutivo, que ha recibido doce varapalos desde el ámbito
judicial desde marzo.
En otro orden de cosas, el despilfarro de este
Gobierno es manifiesto. Se ha sabido que España acumula 170.000 millones más de
deuda tras un año de crisis, en parte propiciada por las cantidades que se
abonan sin ton ni son a sus propios intereses.. El Tribunal de Cuentas ya ha
abierto una investigación a Plus Ultra por "presunto menoscabo de fondos
públicos.
Mientras tanto y durante la Cumbre de la OTAN, hemos
asistido a la vergonzosa humillación de Sánchez ante Biden. Veintinueve
segundos de sonrojo en el que según el mayor mentiroso del Reino de España, ha
sido capaz de analizar en profundidad junto al mandatario estadounidense,
asuntos de Defensa, de Latinoamérica y de la "agenda progresista".
Este hombre es un prodigio. Si hubiera dispuesto de un par de segundos más hubiera
podido solucionar el contencioso con Marruecos y el frente Polisario.
Como no todo va a ser negativo, parece que ya hemos
empezado la cuenta atrás para vernos libres de tener que utilizar la
mascarilla. Yo, por mi parte, también he comenzado mi particular cuenta atrás
en espera de que cambiemos este Gobierno, porque lo que es quitarse la máscara,
lo veo casi imposible.
Que tengas un buen día, amigo invisible.
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