EL
CASTING
(Obra teatral en tres Actos)
ACTO PRIMERO
(El director de una obra teatral habla en su
despacho con el primer actor)
Director
(Don Luis) —Te he mandado venir a mi despacho porque Margarita, tu parteneire, me acaba de comunicar por
teléfono desde el hospital, que ha tenido un accidente de tráfico y que está
escayolada de cintura para abajo.
Primer
actor (Enrique) — ¡No me lo puedo creer! Si he hablado con ella esta mañana...
Don
Luis—Pero así son las cosas. Menos mal que no se teme por su vida, pero el problema que se nos presenta ahora es
cómo la sustituimos. Es una gran actriz con muchos recursos y remplazarla no es
tarea fácil. De momento, he suspendido las representaciones hasta el viernes.
Tenemos tres días por delante para encontrar a la sustituta.
Enrique—No
es que sea mucho tiempo, pero llamando a tres o cuatros conocidas, tal vez…
Don
Luis— ¡Nada de eso! No quiero dar el papel a gente conocida. Ya sabes que luego
todos son envidias por haber elegido a menganita y no a fulanita. Deseo que la
aspirante sea una mujer capaz de dar sentido y emoción a las palabras amorosas
que te dirige en escena.
Enrique—
¡Y qué piensas hacer?
Don
Luis— Un casting, pero un casting en condiciones, sin que se conozca la identidad
de las futuras actrices.
Enrique—Pues
ya me dirás cómo lo hacemos…
Don
Luis—Muy sencillo. Tú estarás en el escenario en silencio y a la aspirante la
colocaremos de espaldas al patio de butacas, de manera que yo, que estaré allí
sentado, no pueda ver su rostro y así no me dejaré impresionar por su belleza,
sino por su manera de declamar el texto.
Enrique—De
acuerdo. Voy a poner los anuncios en la prensa, para empezar mañana mismo.
Don
Luis—Dios quiera que tengamos suerte.
ACTO SEGUNDO
(Comienza en el teatro las pruebas del casting)
Aspirante
A— ¡Te quiero, Rodolfo! ¡Siempre te he querido! Noche y día no dejo de pensar
en ti. Estoy convencida de que eres el hombre de mi vida. Si no aceptas mi
amor, mi existencia no tendrá sentido. Prefiero antes, mil veces la muerte.
¡Déjame quererte! Te lo suplico. Te haré el hombre más feliz del mundo y
construiremos una familia que será la envidia del universo.
Don
Luis—Vale, vale, ya es suficiente. Gracias señorita.
Aspirante
B— ¡Te quiero, Rodolfo! ¡Siempre te he querido!.............................
Don
Luis—Gracias, señorita.
Aspirante
C— ¡Te quiero, Rodolfo! ‘Siempre te he querido!.............................
Don
Luis—Suficiente, señorita. Gracias.
Aspirante
D— ¡Te quiero, Rodolfo!..................
Aspirante
E— ¡Te quiero,………
………..
………..
………..
Aspirante
W— ¡Te………………………………………
Don
Luis—Gracias, señorita.
Por
hoy damos por terminada esta sesión de casting. Gracias a todas ustedes por sus
intervenciones. Han demostrado estar a un gran nivel interpretativo Ahora nosotros
nos vamos a reunir a deliberar y muy pronto sabrán la decisión tomada.
(Don
Luis habla en su despacho con Enrique)
Don
Luis— ¡Qué horror! Parece imposible, pero entre todas las aspirantes, no he
escuchado ni siquiera a una de ellas interpretando con sentido el texto. Me veo
suspendiendo la función definitivamente y mandándoos a todos al paro. Va ser mi
ruina.
Enrique—Y
la mía, don Luis. Pero no nos demos tan pronto por vencidos. Ha habido otra
mujer que tenía buena presencia y potencia de voz, pero a la que no he dejado
actuar porque quería modificar el guión.
Don
Luis—Eso es una locura, pero tal como estamos, nada perdemos por verla actuar.
Enrique—Me
ha dejado su teléfono. La llamaré para ver si quiere hacer la prueba.
Son
Luis—Veremos a ver qué pasa mañana. Hoy estoy agotado.
ACTO TERCERO
(En el mismo teatro al día siguiente)
Don
Luis—Buenos días, señorita aspirante. Creo que quiere introducir pequeñas
modificaciones en el texto para dar un mayor realismo al mismo.
Aspirante—Buenos
días. Me llamo Cristina, Procedo de una Compañía de Teatro Alternativo y ayer
me negué a interpretar un texto totalmente caduco para los tiempos actuales.
Don
Luis—Si usted lo dice…Pero vayamos a la prueba, Cuando esté preparada puede
empezar a actuar.
Cristina—En
igualdad de oportunidades, que baje el protagonista, aunque si es una mujer a
mí me da igual. Soy de mente abierta.
Son
Luis—Por supuesto. Ahora baja Enrique y así se encuentra más ambientada,
Recuerde que Enrique es su amante en la obra. Ya puede empezar cuando quiera.
Cristina
(declamando) —Mira, niño, hace tiempo que se te está viendo el plumero. No haces
más que rondar e insinuarte sin que la menda te haya escuchado una proposición
que merezca la pena. De labia andas sobrado, pero una lo que quiere es que la
des un pico si es que vas por lo formal, de lo contrario: “carretera y manta”, que a este cuerpo nunca le han faltado pretendientes. ¡Que no te enteras,
Contreras!
Don
Luis— ¡Basta! ¡Basta! Puede retirarse. Ya tendrá noticias nuestras. Gracias.
(Don
Luis y Enrique hablan en el despacho)
Don
Luis— ¡Madre mía, qué desparpajo! La verdad es que esta chica actúa con una gran
naturalidad pero contratarla supondría tener que modificar el texto.
Enrique—
¡Eso no es problema, don Luis! Déjelo de mi cuenta. En estos días modifico el
texto y ensayo con la criatura.
Don
Luis—Parece que ya se te está pegando el habla tabernario.
Enrique—
¡Naturaca, dijo mi tía Paca! En un suspiro arreglo el texto y el viernes
hacemos el reestreno.
Don
Luis (satisfecho) —En ti confío, Enrique, ¡Dios nos asista!
(Mientras
cae el telón, Enrique hace un guiño al público, y le comenta en voz baja, que
Cristina es su novia, con lo que tendrá tiempo, más que suficiente, para
ensayar lo “del pico”
FIN
Muy graciosa y entretenida trama. Bien llevado la intriga. ¡Felicidades, maestro! Saludos de David Enrique Flores.
ResponderEliminarTotalmente satisfecho por tu favorable comentario, te doy las gracias, amigo David, y te deseo una feliz andadura en tu labor poética. Abrazos.
EliminarBueno sencilla pero está bien.
ResponderEliminarGracias amigo/a por darme tu opinión.No me quiero justificar, pero en folio y medio la trama tiene que ser necesariamente sencilla.Si te ha gustado, me doy por satisfecho. Saludos.
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