PASAJES
DE "CÉCILE. AMORÍOS Y MELANCOLÍAS DE UN JOVEN POETA" (91)
CAPÍTULO XII
La Tolerancia
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Don Julián nos recibió sentado en el sofá, leyendo poemas de
Rabindranath Tagore, y, como de costumbre, pegado a su puro. Estaba en posición
forzada, al tener la pierna reumática apoyada sobre un taburete.
―No está mal... No está mal... ―me dijo, tras leerlo y releerlo varias
veces―. Pero tal vez te falta un poco más de énfasis o, si lo prefieres, de
poder descriptivo. Te podría sugerir vocablos más apropiados, pero no tengo
intención de hacerlo. La composición debe rezumar la ingenuidad y la
espontaneidad de una pluma joven. Hemos de ser honrados. Te sentirías vacío si
te concedieran un premio por un trabajo en el que apenas hubieras intervenido.
Luego, observando la actitud callada y triste de Cécile, preguntó
extrañado:
―¿Ha ocurrido algo entre vosotros? Tú sueles tener el rostro más
risueño.
―Cosillas sin importancia. Hemos discutido ―respondió, Cécile, con el
rostro encendido―. ¿Cómo lo ha descubierto?
―Hace tiempo que lo dijo Campoamor: “Para un viejo, una niña siempre
tiene el pecho de cristal”.
Doña Rosario, atraída por la conversación, llegó a tiempo de oír la
frase citada por su marido, y no pudo por menos de apostillar:
―No hagas caso, hija. Este viejo fumador cree saberlo todo, pero como
hombre jamás comprenderá los sentimientos que se encierran en el pecho de una
mujer.
―Tienes toda la razón, Rosario. Si te conociera del todo, perderías el
encanto del descubrimiento diario.
Doña Rosario, riéndose, se llevó su dedo índice a la sien y lo giró,
asegurándose de que su marido contemplara el gesto. Después nos acompañó a la
puerta despidiéndonos con un: “Para vivir con un poeta hay que tener una
paciencia enorme”, que, pronunciado con su dulzura característica, era más que
una queja, una constatación enamorada.
―¿Crees que me sucederá lo mismo que a doña Rosario? ¿Tendré que poseer
una paciencia ilimitada? ―preguntó, Cécile nada más alcanzar el portal.
―Eso parece. Por el contrario, a mí me espera otra tarea más grata:
descubrir cada día el encanto que encierras en tu pecho.
La mano de Cécile, apretando la mía con fuerza, fue la prueba
concluyente de que el enfado estaba superado y que ella aprobaba mi conducta, o
al menos, así me lo pareció cuando, al cruzar nuestras miradas, el azul cielo
había vuelto a pigmentar sus pupilas.
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Wooow!!!se siente el amor en cada una de las parejas .
ResponderEliminarUn testimonio de amor del matrimonio a los jóvenes...
Pese a lo que nos tienen acostumbrados a difundir los medios de comunicación, principalmente algunas cadenas de televisión, el amor es un sentimiento que hace felices y por mucho tiempo a millones de parejas. Doy testimonio de ello. Gracias por tu aportación. Feliz domingo.
EliminarMe gusto por lo que encierra en su profundidad.
ResponderEliminarQuedo encantado y agradezco tu comentario, Disfruta por mucho tiempo de un amor sincero.
EliminarMuy bueno, Carlos
ResponderEliminarMuy agradecido por tu comentario, recibe un cordial saludo.
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