REFLEXIONES CAROLINGIAS (LXVIII)
Bebedor empedernido, lo mismo bebía Lambrusco
dell´Emilia, como Cigales de la Teodora o un Ribera de la Domitila. Todo
dependía de la taberna que tuviera más cercana.
He colocado un extintor junto al televisor y en un
mes ya lo he recargado tres veces.
En una Clínica de Estética, me han eliminado las
bolsas de los ojos por 200 euros. Ahora he visto que en los supermercados las
venden por 0,15. No sé si serán las mismas.
Era muy guapa pero los hombres no podían piropearla porque, al verla, se quedaban de piedra.
Se alegró mucho cuando la prensa especializada dijo
de él que "había sacado petróleo", al marcar un gol en la única
incursión que realizó en el área del equipo oponente, pero luego tuvo que pagar
el Impuesto de Hidrocarburos.
En rehabilitación consiguieron, después de sufrir
una caída, que pudiera levantar el brazo derecho. Ahora me encuentro en la
cárcel acusado de fascista.
Al nacer, le pusieron por nombre Genoveva, para que
de mayor no hiciera botellón.
En la feria de la vida, los niños no tienen la culpa
de que los adultos nos estemos cargando el Globo... terráqueo.
No estuvieron muy afortunados los organizadores de
un Concurso de manualidades para mayores de ochenta años, al titularlo:
"Ahora o nunca".
Dijo que se iba a la guerra y todos aplaudieron su
valentía, pero en realidad se dirigía a su casa. Su suegra vivía con ellos.
La vez que viajó en avión a América no dejó de comer
en todo el trayecto. Era muy estricto con los horarios. Siempre comía a la
misma hora.
Alguna feminazi ha puesto un anuncio en el ascensor
de mi casa, que dice: "Señoras vecinas, os comunico que la portera
automática no funciona". Alguien ha escrito a continuación: "¡Qué vido tan perro!".
Simpaticos
ResponderEliminarMuchas gracias por el calificativo otorgado a mi publicación. Saludos.
EliminarMuy agudos y buen sentido del humor!!
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo lector. Que el humor nunca falte en nuestras vidas.
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