LA VIDA DE MAGÍN PUERRO
-VII-
Por
el campo iba cantando
canciones
que componía,
desconocía
si el día
traería
desgracia o suerte,
nunca
pensaba en la muerte
por
ser joven todavía.
En
el oído, gorjeos
de
las aves escuchaba,
con
ellas intercambiaba
duetos
de voz y trinos,
viendo
el verdor de los pinos
el corazón se agrandaba.
Las
aves más atrevidas
en
mi mano se posaban
y
alegres picoteaban
unos
granos de semillas
haciéndome
mil cosquillas
hasta
que al cielo volaban.
De
todos es bien sabido
que
el dinero disminuye
si
del trabajo se huye
buscando
vida bohemia
pues
el ocio jamás premia
al
vago que no se instruye.
Por
eso busqué fortuna,
al
divisar en la loma,
un
pueblo y un cierto aroma
de
embutidos y chacina.
Me
vi presto en la cocina,
aunque
parezca una broma.
Fotografía de Óscar Ibáñez.
Excelente, el trabajo es fuente riqueza
ResponderEliminarExcelente el mensaje que encierra su comentario. Gracias y saludos.
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