jueves, 18 de abril de 2024

 

NATURALEZA VIVA

 

 

Un brote fue la señal,

el canto melodioso de un pájaro, la confirmación.

Se estremecían las lagartijas

a la orilla del regato con la dorada luz

de soles reflejados en el agua.

Renacían a un tiempo trigales y amapolas

en la mañana que anunciaba

suspiros de hierbabuena.

 

A la sombra,

rodeados de jarales,

dos cuerpos enamorados

se buscaban temblorosos hechos miel,

con el tiempo detenido en sus pupilas,

atravesados por la dulce sensación

de jadeos de amor hechos locura.

El aire captó la imagen del momento supremo

en que la vida daba vida.

Las flores que estaban por nacer, sintieron el golpe de la savia nueva.

 

Una música bella y desconocida

inundó los espacios en los que flotaba el amor concreto

proclamando el prodigioso encanto de la naturaleza viva.

 

 

Fotografía de María Teresa Álvarez.

 

 

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