NOSTALGIA NAVIDEÑA
Viajo
en soledad
por
la ruta de los recuerdos
que
me llevan años atrás,
a
la calefacción de carbón,
al
mercadillo de figuritas del Belén,
al
pantalón bombacho,
y
al carámbano colgante:
espada
de regalo, antes de Reyes.
Creo
percibir el olor inconfundible
del
capón guisado y el sabor del mazapán
degustado
a hurtadillas, sin la paciente espera.
Entonces,
mi padre era joven
y
mi madre, casi una niña.
Cada
día, atravesaba el Campo Grande,
salida
natural de Filipinos:
una
isla de bloques de cemento
rodeados
de tapiales y
de
un convento de agustinos.
Si
el viento soplaba del sur,
nos
llegaba el aroma
de
una fábrica de chocolate...
Cuando
paso frente al palomar
de
la Sociedad Colombófila Castellana,
el
tiempo ha convertido
a
Vicente, el fotógrafo minutero,
en
estatua de bronce.
Me
detengo, y miro el trípode
con
la mirada inocente del niño que fui,
o
más bien, del anciano protagonista de "Fresas salvajes".
Elevo
la vista a través del ramaje,
pero
una catarata de niebla, me oculta el celaje.
¡Aún
quedan ramas verdes!
Muy
cerca de allí, el olor a castañas asadas
me
retrotrae a la infancia.
¡Los
recuerdos no cesan!
Con
la ligereza de mis nietos,
me
entremezclo con el gentío
bajo
arcos luminosos.
¡Dulce
nostalgia de Navidad!
Que maravillosos recuerdos tienes pues yo no quiero recordar mi infancia pues la pase en una tierra Castellana,no muy buenos ..........momentos...
ResponderEliminarSiento mucho que tu infancia no fuera lo que hubieras deseado, amable comunicante. En la mía hubo de todo, pero los recuerdos agradables predominan sobre los acontecimientos que no lo fueron tanto. Gracias por comentar. Saludos.
EliminarGracias Carlos por contestarme.no sabes quien soy.
ResponderEliminarAl aparecer el comentario como anónimo es difícil imaginar quién es el autor. En cualquier caso, reitero mi agradecimiento.
EliminarAy que añoranzas me has traido, tantos recuerdos del pasado. Gracias por dejarnos ver con tu mirada de caminante, cuestiones que con el pasar de los años pocos recordaran. Un abrazo muy grande, Don Carlos
ResponderEliminarMuchas gracias, Natalia, por tu comentario. Al leerlo, he notado tu gran sensibilidad y esa manera tan natural con la que describes el paso del tiempo y sus inevitables recuerdos. Que estos días previos a la Navidad nos sirvan a todos de serena reflexión y de anhelante espera. Abrazos sinceros.
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