PASAJES
DE "CÉCILE.AMORÍOS Y MELANCOLÍAS..." (30)
CAPÍTULO V
La Acogida
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Para que
nada ni nadie desentonara en un ambiente artificialmente creado, mi padre,
reuniendo al servicio, les indicó:
―Mañana mismo, Lola, llevas a Petra al comercio de
Domiciano Martín y adquieres para ella un uniforme a juego con el tuyo, con su
delantal, su cofia y un par de guantes blancos para servir la comida. Después,
en cualquiera de las zapaterías de la calle Mantería, cómprale un par de
zapatos negros de tacón bajo. Quiero que a partir de ahora las zapatillas sólo
se utilicen para andar por la cocina. No hace falta que lleves dinero
―recomendó―; basta con que digas que son para mi casa.
Y luego, retorciendo las guías del bigote, sin
mirar a tata Lola, despejó las dudas que la mujer pudiera tener sobre cómo
comprar sin dinero.
―En esta ciudad mi apellido es toda una garantía
―afirmó rotundo.
La orden fue diligentemente cumplida por tata
Lola: al día siguiente y como era de esperar, Petra hubo de probarse el
uniforme para recibir de mis padres el visto bueno.
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delicioso, como siempre. Un descubrimiento el haberte conocido, caro amigo
ResponderEliminarEn realidad, ha sido un descubrimiento mutuo, porque desde el momento en que leí tu blog, puedes contarme entre tus fans. Gracias por leerme y, en espera de conocernos personalmente, recibe anticipadamente un fuerte abrazo.
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