jueves, 12 de noviembre de 2020

 

PASIÓN DE OTOÑO

 

 

 

 

 

Descansan en el escritorio

un revoltijo de pentagramas, aún en blanco.

En una de ellos, he dibujado unos pocos acordes inconexos,

en un vano intento de componer una sinfonía que describa

la sonrisa con que muestras al mundo,

la belleza de tu alma encerrada

en un cuerpo, grácilmente juvenil.

 

Las guirnaldas de flores con las que ciñes tu frente

me persiguen en sueños que no cesan.

¡Cómo plasmar el derroche de belleza

que desprenden en cascada,

los rizos por los que suspiro!

¡Y cómo transponer en música

la mirada del primer encuentro!

 

La caricia de tu voz me balancea arrullándome

en cada inflexión, en cada sonido emitido

por tu garganta prodigiosa.

En pleno otoño, resurge la primavera del alma.

Vuelvo a intentar escribir algunos compases ¡en vano!

No hay musicalidad que exprese el sentimiento.

La felicidad es una música celestial

compuesta por ángeles que, únicamente,

escucha el pecho enamorado.

 

Yo la siento cada vez que te tengo a mi lado

y se escinde, delicadamente, cuando te alejas.

Eres el éxito clamoroso de una obra musical apenas iniciada,

mi mejor composición de notas no escritas

volando por el aire sin atreverse a posarse en el papel pautado,

por no mancillar la sinfonía de tu virginal mirada.

 

Fotografía de David Dunistkiy

                                  

2 comentarios:

  1. Buenos días, desconocido amigo. Tras leer tu comentario, mi mañana no podría comenzar mejor. Muchísimas gracias. Saludos.

    ResponderEliminar